Opinión

Los tipos de cacos en Pe Erre

Lee la columna de Tío Macetaminofén.

Los tipos de cacos que existen
Los tipos de cacos que existen (Facebook)

Uno, dos, dos; uno, dos, dos… ¡probandooooo! ¡Sobrinitoooos, llegó el terror de mis colegas! Macetaminofén, quien es más implacable que la silenciosa diabetes comiéndose las mullidas piernas de Besito Pinta’o, una vez más vuelve a El Calce para darles la clase dominical. Mera, yo soy el que pone a Pedro Julio -y a todos los borifeministos- a llorar con solo un tuit, el cafre que trajo la calle a las letras, y me encanta mi rol como hij* de put* porque nosotros los villanos no tenemos que usar máscaras. ¡La bendición a Tío!

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Durante un segmento de El Barrio (de 3:00 a 7:00 pm en La 94), un oyente mencionó que habían diferentes tipos de cacos, así que le prometí robarle la idea para añadirle la profundidad al análisis que la rapidez de la radio no me permite. Como ustedes saben, yo soy un observador de la sociedad boricua, así que disfruto ver cómo se comportan mis compatriotas, en este caso los cacos. La caquería es un estilo de vida que nació en la década del noventa, pero que tiene su base en los cocolos de los setenta y ochenta.

La palabra “caco” originalmente fue utilizada para tildar a estas personas de “bandoleros”, “criminales” o “gente de baja escolaridad”. ¿Quiénes empujaron este tipo de prejuicio? Obviamente, los rockeros, que siendo enemigos de la higiene, fanáticos del hedor y asiduos drogadictos, querían demonizar a los amantes del underground que se sacaban las cejas, andaban en camisilla con pantalones de jugar baloncesto y le estaban arrebatando a las mujeres -como los Caribes se la apuntaban con los Taínos-, pues no hay nada que enamore a una hembra que un caquito oloroso dándole cajeta con las chancletas Nike puestas.

El caco no es más que un mono majestuoso y fascinante, y aunque todos tengan el mismo amor por un género musical, no son iguales. Hoy vamos a hablar sobre algunos de estos sujetos que habitan en suelo boricua hace más de treinta años.

El caco romántico

A diferencia de los rockeros -que solo sienten amor por la cocaína-, los dominicanos y este tipo de caco tienen una cosa en común: adoran el carrucho de una hembra. El caco romántico siempre tiene su carro asicalao, ya que ese es el lugar donde se consuman la mayoría de sus coitos, y disfruta de perfumar su vehículo con potes de olor a coronado cherry. Este espécimen es conocido como “el terror de ASUME”, pues disfrutan de coleccionar pensiones de manutención, además de que les gusta dividir el costo del motel con el culito de turno. El caco romántico compra sus perfumes a plazos, es fanático de Ricardo Arjona o Sin Banderas, y tiene un playlist de temitas románticos que incluye “Tu príncipe” de Daddy Yankee.

El caco racing

Mientras el caco romántico mantiene la limpieza de la unidad como muestra de que así mismo acicala sus partes íntimas, el caco racing piensa que su Corolla es la razón de toda su existencia. Este tipo de mamífero urbano es el que trata a su carro con el mismo amor que un niño cuida un Hot Wheels, y prefiere prestarle su mujer a P Diddy antes que otra persona conduzca su maquina. El caco racing solo domina un tema a la perfección -obviamente, el automotriz- y tiene a los hijos en escuela pública para que le sobren chavos pa’ piezas nuevas. También pertenece a un club de carros, donde presume su automóvil en quinceañeros y bodas, practica el voceteo y su hobbie es pasarse en el market de Facebook buscando catalíticos baratos para poder revenderlos.

El caco de campo

No me confundan a los cuatreros que andan en yegua por alguna carretera rural con el caco de campo, pues estos sustituyeron a los equinos por carros viejos con un buen equipo de música. El caco de campo disfruta de usar todas las modas a la vez al no tener noción en cuanto a tendencias (como Wisin); además, de todos los cacos es el que tiene más skills, pues la vida en la montaña forma a los hombres más funcionales. El caco de campo se comporta de forma humilde, siempre y cuando no digan nada malo de su lugar de origen, ya que tienen el orgullo del jíbaro aguerrido. Lo bueno del caco de campo es que -aunque es un charro- siempre está dispuesto a ayudar, asimismo hay que decir que lo peor que tienen es su toma de decisiones y su vicio de preñar a las primas.

El caco de clase alta

Este es como el aborto de los cacos. La caquería se forma en las clases marginales, aunque por alguna razón esto llama a los muchachos que se criaron en urbanizaciones con control de acceso. El caco de clase alta quiere sentirse “malo”, pero sin las repercusiones que eso conlleva. Estos cabrones son la máxima expresión de “ser un peliculero”, y usualmente es fácil detectarlos, pues carecen de la cicatriz por haberse rajado la chola en los años de niñez. El caco de clase alta no sabe pelear al puño, nunca tuvo que robar desodorantes en Walgreens y te dice que “la calle se lleva en la sangre”, porque no tiene que vivir las repercusiones de pertenecer a la clase pobre. A diferencia de su homónimo del campo, el caco de clase alta odia a los caballos, y cuando se meten pepas no les importa atropellarlos.

El caco bucha

Yo creo que todas las lesbianas con porte de caballero se inclinan a ser el caco bucha, pues ninguna quiere ser una puerca desaliñada como los rockeros. Bueno, las únicas patas que no quieren acicalarse son de la Izquierda, y el génesis de su resentimiento es por haber nacido feas y velludas, pero de ellas hablaremos en otra ocasión. El caco bucha es esta varona que siempre anda asicalá, con el piquete ‘on point’, un cerquillo al día y se agarra los testículos imaginarios cada cinco minutos.

Yo tengo que decir que este es mi caco favorito, pues estas socias con alma de hombre no temen en mirarte alzás a los ojos como hacen los alfas, y si te las ganas te dirán “papito, aquí cualquier cosa lo que necesites”. El único problema de los cacos buchas es que tienen una debilidad por las mujeres heterosexuales recién dejás, porque se enchulan de ellas, dan todo su corazón por esa fémina confundida, y terminan con el corazón roto, pues sus novias siempre vuelven con el papá de los nenes. No importa cuán buenas sean dándole sexo oral a otra hembra, es bastante común que las dejen por un pene. De hecho, el caco bucha siempre es amiga del caco romántico.

El caco guei

A pesar de que el machismo es algo común en el ambiente caqueril, también lo es el homosexualismo. Recuerdo que mi buen amigo Félix -conocido como el terror de La Cruceta en los tempranos dosmiles- llegaba con su KIA, y en la fría brisa de la noche podía percibir quién sería el caquito al que le sobaría el miembro cuando la nota hiciera su trabajo. El caco guei puede confundir en un principio, pero cuando tiran los pasos prohibidos bailando al lado de sus carros, se puede saber que pertenecen al bando corrupto. Este tipo de caco es medio problemático, pues al igual que a los puercos rockeros, le encanta el perico. Estudió terapia respiratoria o enfermería, trafica poppers y suele pelear a las 2:00 am en El Cojo tirando puños y patás a lo loco, como si fuera una histérica máquina de golpes. El caco guei tiene una relación simbiótica con el caco bucha, ya que las necesitan para que los ayuden a cambiar gomas, y estos a su vez suelen ser la voz de la razón de las pasionales amantes de “la babosa”.

El caco veterano

Este es el caco treintilargo y cuarentón que vivió los años más salvajes del reggaetón, pero aún van a las barras de chamaquitos para analizar el jangueo, ya que en sus planes nunca está retirarse. El caco veterano te habla de cantantes como Hades 666 y Luar La L, tiene perridientes, se puso pelo y luce exactamente como Alex Gárgola. Cuando hablas de reggaetón con este ejemplar y le comentas que “ya no te corre el género”, este te dirá que “estás viejo” como si no hubiese cruzado hace rato la última frontera de la juventud.

El caco veterano ama la fiesta, y aunque padece de hipertensión por culpa del whiskey, aún espera con ansias un último gran perreo. Bueno, amiguitos, faltan un paL de cacos, pero eso será para una próxima ocasión. Mera, y cuando te pregunten por qué sabes tanto de la cultura puertorriqueña, dile que te lo dijo Tío, tu caco favorito. 🦍✏️

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