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Las 10 diferencias entre estar casado y ser soltero

La manera en que hombres y mujeres ven la vida es muy diferente. Por ejemplo, cuando una mujer piensa en una relación perfecta seguramente imagina una escena clichosa de la película “The Notebook” en que los protagonistas se besan mientras la lluvia corre por sus cuerpos. Si le preguntan a un hombre cómo es la relación ideal, es bien posible que digan que es Dom Toretto y Letty de “Fast and the furious”.

Cuando los hombres dejan de ser solteros y comienzan la vida en pareja, es inevitable que muchas cosas van a cambiar. Un día sales de tu apartamento pensando en que tienes cervezas y pizza en la nevera y añoras llegar para darle pa’ bajo a eso… y cuando vuelves por la noche estás en una sala digna de Martha Stewart. Todo cambió y ya no hay vuelta atrás.

Hoy te decimos diez diferencias de la vida de soltero y la vida de casado.

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1. El cuarto

Soltero:

Ese es tu campo de batalla, el lugar que comúnmente llamas “el matadero”. Tú única preocupación es que esté medianamente limpio… y que no hayan panties de otra fulana tirados por ahí. Eres libre y nadie puede reclamarte nada.

Con pareja:

Ella decide cómo debe lucir el cuarto, así que tu opinión no vale nada.

2. El clóset

Soltero:

El espacio donde guardas tu ropa, tus colecciones de cartas, tu reguero de tenis y es básicamente tu búnker personal.

Con pareja:

El espacio donde ella guarda toda la ropa (a veces tienen trajes o pantalones que coleccionan con la esperanza de volver a meterse en ellos) y te cede apenas un pequeño espacio para que pongas tus trapos y tus porquerías.

3. Llamadas

Soltero:

Una llamada con los panas toma alrededor de 7 segundos.

Con pareja:

El promedio es una hora y 45 minutos, porque comienza contándote lo que va a cocinar y terminas enterándote de los bochinches de su trabajo o la infidelidad del novio de su mejor amiga, y si quieres enganchar tienes que mentirle con que te pararon los guardias. Al colgar escuchas que grita “no he termina’o. ¡Tú no me quieres!”

4. El sofá

Soltero:

El lugar donde te sientas en calzoncillos y cerveza en mano a ver películas con mucha sangre, balas y llenas de embustes.

Con pareja:

El remanso donde verás series como “Orange is the new black”, “Sex and the city” o algo que tendra drama. Cuando le comentas (se lo dices casi susurrando, con mucho miedo) que quieres ver algo con más acción, te amenaza con poner los reruns de Entre Nosotras.

5. El baño

Soltero:

Champú, jabón, navaja y Barbasol.

Con pareja:

Acondicionadores, champús de $20, cremas, mascarillas, unas 17 cremas y cientos de potes con cosas que no tienes idea pa’ qué sirven. ¿Recuerdas cuando puso su cepillo de dientes por primera vez? Ahora todo le pertenece.

6. Ocasiones especiales

Soltero:

Nunca recuerdas nada, pero cualquier excusa es buena para beber.

Con pareja:

El aniversario del día que se conocieron, el cumpleaños de la suegra, el bautismo de sus sobrinos, el birthday party de su perro Manolo, etcétera. Siempre hay una actividad que tú debes recordar, y si se te olvida, prepárate para que arda Troya.

7. Tiempo libre

Soltero:

Ver todo el universo de Netflix.

Con Pareja:

Ver todo el universo de Netflix, pero engordando a la misma vez.

8. Salir con los panas

Soltero:

Darte par de cervezas, estar pendiente que algún amigo no brinque su turno al pagar los rounds, y tirar textos cachondos para ir preparando el inminente “booty call”.

Con pareja:

A la tercera cerveza te llega un mensaje de texto. Coges el celular con miedo y lees: “¿te tardas mucho en llegar?”

9. Solicitudes de amistades en Facebook

Soltero:

Le das add friend a cuanta jeva se vea bien o salga en traje de baño.

Con pareja:

Te llega un friend request de una muchacha bonita… reflexionas sobre si es alguna amiga de tu pareja y te quieren tirar un trambo. Le das ignore porque tienes miedo.

10. Botar el estrés

Soltero:

Llegas del trabajo, abres la nevera y coges una cerveza para sentirte como un campeón. Es martes, pero eso a ti no te importa.

Con pareja:

Llegas del trabajo, abres la nevera y coges una cerveza… a lo lejos escuchas que te dicen “hoy es martes, ni lo pienses”. Cierras la nevera y te sientas a ver “Orange is the new black” porque ya hasta te empezó a gustar.

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