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La ciencia explica por qué los martes son lo peor

¿Por qué es importante esto? Porque malditos sean los martes. En resumen: Los martes son aparentemente el día más lento de la semana, cada semana. La neurociencia ahora puede explicar por qué. No es sólo tu imaginación: los martes son más lentos que otros días. El tiempo es una cosa curiosa, y la manera en la que nuestros débiles cerebros, fáciles de manipular, perciben su transcurso es aún más curioso. Las drogas y los estados emocionales intensos –particularmente, las experiencias cercanas a la muerte– tienen una cierta forma de distorsionar la cronología. Dependiendo si eres un millonario despreocupado o no, los martes podrían ser exactamente lo contrario a todas estas cosas: aburrido, soso, la materialización de tu fin de semana distante y el entendimiento de que falta mucho para el próximo. Necesita otra explicación. La forma en la que el cerebro usa claves contextuales para percibir la cronología de sucesos puede ser una gran prueba –lo que quiere decir que, las memorias de cosas similares que sucedieron de la misma manera son recordadas a menudo como sucesos cercanos cronológicamente. Alrededor de 2014, una neurocientífica de New York University llamada Lila Davachi, produjo este fenómeno en un laboratorio. La NY Mag le preguntó después si esto podría explicar “el efecto de los martes”, por ejemplo: ¿Es posible que el hecho de que los lunes sean tan diferentes a los fines de semana afecte nuestra percepción del tiempo, percibiendo las memorias de los domingos más lejanas de lo que realmente son en nuestra línea de tiempo mental ? Eso es justamente lo que Davachi se encuentra analizando ahora. “Vemos que mientras más cambia la actividad neuronal en el hipocampo con el tiempo, más lejanos parecen esos sucesos”, dijo Davachi, aunque advirtió que estos resultados aún son preliminares. “Por lo que tu percepción de que los martes se prolongan más, parece ser cierto en nuestra información, al menos por ahora”. Otra neurocientífica llamada Virginie van Wassenhove de la CEA/INSERM Cognitive Neuroimaging Unit en Francia, cree que el devastador punto de contraste entre un domingo de descanso y un lunes ocupado es la clave. “Considerando la cantidad de cosas en las que estás involucrado durante un día laboral, tus recolecciones de esos días están codificados con gran atención al detalle, lo cual toma mucho espacio en nuestra memoria”, dijo van Wassenhove. “Puedes pensar en el cerebro como una máquina del tiempo. La estructura fundamental de las funciones cerebrales es muy dinámica, pero tiene constantes específicas de tiempo que simplemente no puedes violar. La manera en la que descifras la información no va a variar mucho, pero tu capacidad de comprensión de la misma, en momentos afectados por emociones y atención, varía demasiado”.

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