En el mundo, de acuerdo a un informe del portal Investigación y Desarrollo, quedan alrededor de 50 millones de burros y mulas. Sin embargo, este animal no es considerado un espécimen de importancia y no ha recibido la atención de grupos conservadores de animales, como sucede con otras especies.
Su extinción se debe a la explotación desmesurada de su especie y la nula preocupación de la sociedad por eliminar a un animal relacionado con la independencia de América Latina, principalmente, aunque nadie consideró que la modernización les afectaría tanto.
Mientras que en países como España, Suiza e Inglaterra se crean granjas especializadas como santuarios de conservación, mientras que en lugares como México se le sigue atribuyendo un trabajo de carga y transporte, según indicó Infobae.