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Efectos secundarios del coronavirus: adultos en Tik Tok

Y pensar que creíamos que en el 2020 los carros volarían...

Esta cuarentena ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros; hemos descubierto estrellas de la música hasta señoras de la tercera edad que bailan reguetón con el nieto encima de una cama. El coronavirus vino a cambiar nuestras vidas, especialmente la de los adultos que a falta de estar disfrutando los gritos del jefe en la oficina como en los buenos tiempos, decidieron crear una cuenta en una red social llamada Tik Tok, dominada principalmente por jóvenes de 13 a 18 años.

Sí, eso luce igual de normal que Michael Jackson jangueando con Macaulay Culkin.

 

Esto me llevó a una profunda reflexión sobre una pequeña red social llamada Twitter. Hace muchos años Twitter era un lugar donde íbamos a decir lo que nos diera la gana, sin filtros y usando el humor negro como principal arma. Después de varios años, los miembros de “Las patitas calientes de Plaza” descubrieron Twitter, y como todo aquel que llega a un sitio en son de conquista, vinieron a j**er todo. Esa red se convirtió en el epicentro cibernético de la politiquería, donde hay una guerra constante sobre cualquier asunto. El humor se alejó de Twitter y con la llegada de los doños se convirtió en la versión AM de la radio. Ahora los adultos descubrieron Tik Tok… y la cosa no pinta bien. Veamos algunas cosas que hacen estos señores en esa red adolescente.

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-Los adultos piensan que es fenomenal verlos bailando: ver esos videos es como ver a tu tío bailando en la fiesta de Navidad, pero sin lo funny, ¿tú me entiendes? Al menos el tío está dándolo todo en su borrachera, pero estas personas se exponen al ridículo sobrias. Es casi tan divertido como ver a la jirafa de Toys R Us bailando merengue, uno goza que se acabó… ¡’eguuuuuuro!

-Tik Tok no solo es baile, también es comedia: si usted creía que Miguel Morales era un pésimo comediante es porque no ha visto a esta gente. La dinámica es coger un audio, hacer lip sync, y actuar la situación. ¿Ustedes recuerdan el programa “Bienvenidos”? Pues esto es como ese programa, pero la versión más porquería. Aquí quedó demostrado que hay talento de sobra… para meterlos en una carnicería a que breguen con la máquina de la carne molida.

-Y hasta nos narran historias para el corazón: si algo necesitamos siempre es una buena historia que nos cure el alma. Los adultos llegaron para convertirse en, básicamente, unos Amós Morales y narrar situaciones que puedan calar hondo. El único problema es que esos adultos son muy llanitos, y las historias siempre tratan sobre ellos y cómo vencieron alguna adversidad como que se les explotara una goma o que el arroz se le ahumó.

-Tik Tok es un mundo aparte… pero ellos quieren invadir otras redes con sus videos: yo entiendo lo que es el aburrimiento -estas semanas incursioné en la talla de santos y ya hice un San Lázaro de 12 pies de alto- y que quieran colonizar otra red más de las 793 redes que hay; pero una cosa es dejarlo allá, y otra meternos por ojos, boca y nariz que los veamos. No, corillo, yo no tengo que verte bailando. Yo no soy familiar tuyo, ni me da felicidad verte hacer el ridículo. No nos invadas a Facebook, Twitter, Instagram y hasta LinkedIn.

-Quedó demostrado que todos corren en manadas para hacer lo que sea, aunque eso incluya el ridículo: mis hijos, ustedes saben que este punto es irrefutable. ¿Recuerdan cuando observaban las largas filas de gente en el Viernes Negro haciendo papelones por un televisor? ¿Recuerdan cuando se reían de ellos? Pues están haciendo lo mismo… pero sin llevarse un televisor. Ese “pertenecer al rebaño” los puede llevar al matadero de las burlas.

Otro día hablaremos del nuevo fenómeno cibernético: las donas hechas con harina de pancake. Besos a todos.

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