Todos los boricuas saben que ir a una oficina gubernamental para hacer una diligencia sencilla puede convertirse en una misión de días. La burocracia en estas oficinas es tanta que le chupa la felicidad hasta a José Nogueras, y cuando no es que falta un sello es que se ausentó la única persona que puede firmar un trapo de papel.
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Hoy te decimos algunas cosas que pasan en una oficina de gobierno un día normal:
30. Llegas al amanecer de Dios para hacer un buen turno… y cuando llegas ya hay fila
29. Empiezas a mirar a los demás como tus adversarios. Tú sabes, tu turno lo vas a defender con la vida
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28. Siempre hay un títere que quiere colarse
27. O una doña con mil achaques
26. Se regocija tu corazón cuando abren la ventanilla o empiezan a repartir turnos
25. Y se forma un revolú en la entrega de turno. Se te cuela, no uno, sino DOS títeres
24. Cuando es el momento de tu turno, te dan ganas de ir al baño. Aguantas como un bravo porque tú crees que vas a salir ya mismo
23. El que te atiende está bien amarga’o
22. Son las 9:00 am y ya los empleados públicos están bochincheando y lo más relax
21. Pestañeas y cuando abres los ojos no hay nadie en la oficina
20. Están todos de coffee break
19. Al regresar, te dicen que la persona que te puede dar el papel que necesitas va a llegar después del mediodía
18. En la espera porque llegue el empleado, ves todo el maldito Internet en tu celular
17. Alguien se sienta a tu lado y quiere hacerte conversación
16. Tu amargaera solo la supera Milly Cangiano un lunes al despertar
15. Llega el empleado que va a darte el maldito papel
14. El empleado saludas a sus colegas y calmadamente saluda a TODA la oficina
13. Te llama… y te dice que ya mismo te atiende
12. Te vuelve a llamar. Vas emocionado a sentarte, y este te dice: “dame unos minutitos”
11. Entonces miras a través de la ventana, y notas que está afuera en un coffee break
10. Regresa, y al verificar tu papel te dice que “lleva un sello de cinco dólares”
9. En la oficina no hay colecturía, así que tienes que comprarlo afuera
8. Te tardas dos horas en lo que lo consigues. Viras a la oficina
7. Te dicen que tomes asiento
6. Te atienden y miran fijamente tu papel como si fuera la primera vez
5. El empleado te dice: “este caso tiene que pasar primero por mi supervisora”
4. A ti ya no te importa quién tiene que firmar el papel, tú lo único que quieres es irte ya
3. El empleado sonríe y te dice: “ya te referí a la supervisora. Tienes cita en tres semanas porque ella se fue de vacaciones”
2. Al salir, ves los ojos esperanzados del público que espera y quieres gritar. Respiras profundo, y les dices “¡buenas tardes!” mientras el odio te consume
1. Los empleados públicos deciden tener otro coffee break porque ya faltan solo 15 minutos para cerrar