Una mujer evangélica en Brasil abrió una tienda de sexo luego de pedirle una señal a Dios sobre su próximo empredimiento.
PUBLICIDAD
Gislaine Brito decidió reinventarse en 2020, pero no sabía por qué rama apostar. Con 25 años de experiencia en una tienda de artículos de lujo en Campo Grande, Mato Grosso do Sul, decidió emprender por su cuenta y apostar por la fe para entender su camino.
Siendo evangélica y miembro de la ‘Congregación Cristiana en Brasil’, la mujer revela que oró para que Dios le enviara una señal sobre su futuro.
“Poco después, mi hija Bruna me dijo que debía abrir un sex shop, Béli Boutique. En ese momento, no entendía nada al respecto. Pero en estos días, amo lo que hago”., explica en una entrevista con ‘Revista Marie Claire’.
El prejuicio en la Iglesia
Si la dificultad de emprender en medio de la pandemia de COVID-19 no fuera suficiente, otra barrera que las mujeres tuvieron que superar fue contra los prejuicios religiosos.
A pesar de que el nicho de ‘bienestar sexual’ creció en el período, con un aumento estimado del 12%, con ingresos de aproximadamente $2 mil millones, según los Estudios del Mapa del Brasil Erótico 2022, Gislaine enfrentó el estigma del tema dentro de las iglesias, especialmente aquellas que tienen un aspecto más conservador, como en el caso de la Congregación.
“La gente de la iglesia a la que voy empezó a hacer comentarios de que no estaba bien, me miraban de reojo en la calle. Incluso el pastor vino a mí en ese momento para decirme que era un pecado. Pero, ¿qué hay de malo en eso? Es un trabajo como cualquier otro. No soy menos temeroso de Dios: todo lo contrario, porque Él predica el amor”, explica.
Sin embargo, el empresario aprovecha los temas de “sexualidad” y “religión” para ayudar a los creyentes a explorar sus deseos sexuales.
“Al principio fue complicado, porque no sabía nada, ni siquiera lo que era un tapón anal, por ejemplo. Entonces, como no usé nada, esperé los comentarios de los clientes para saber cómo funcionaba y explicarlo de la mejor manera para cuando alguien más viniera a la tienda. Hoy en día, es casi como una terapia ayudar a los que acuden a mí. Sé de mujeres que vinieron a comprar un vibrador y tuvieron el primer orgasmo de sus vidas o incluso parejas que mejoraron sus vidas como pareja”.
