Cuando trabajamos en algo que no nos gusta, la rutina se vuelve pesada. El sonido de la alarma es tu peor enemigo y simplemente te sientes deprimido por comenzar tu día, llegar al trabajo y encontrarte en un ambiente lleno de estrés y ansiedad. Si esta es tu situación actual, déjanos aconsejarte con la intención de que las cosas mejoren y te sientas con más ánimo para salir adelante.
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Para empezar, recuerda que nada es permanente. Debes tener en cuenta que si de plano no logras sentirte mejor, siempre hay vacantes a las que puedes aplicar con la esperanza de mejorar tu estilo de vida. Piensa que es un trabajo temporal y que algo mejor vendrá.

Habla frecuentemente con tu jefe. No es que le lambonees, pero sirve mucho hablar con alguien que ame su trabajo y te comparta su experiencia.
Crea espacios para ti. No te estreses por levantarte 10 minutos al baño o ir por un café a la tienda de la esquina, nadie se pasa las 8 horas frente a su escritorio. Si tienes la necesidad de hacer una pausa para despejar tu mente, simplemente hazlo.
Haz de tu espacio laboral algo amigable para ti. Esto funciona porque le das tu personalidad y se vuelve tu espacio; pon pequeñas plantas, fotos de amigos y familia, dale tu toque y te sentirás más conectado con tu entorno. No permitas que este se sature, ya que podrías distraerte con facilidad.
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Busca otras actividades fuera del trabajo. Haz ejercicio, ve al cine, toma clases de algo que quieras, busca otro tipo de actividades y hazlas parte de tu rutina.
Y por último, piensa que al menos tienes trabajo y esto te genera un ingreso que te permite tener acceso a otros lujos que eliminan tu estrés. No decaigas.