Envejecer es algo precioso… en la mente de Carmen Jovet. Para el resto de los mortales, con la edad vienen una serie de situaciones incómodas, especialmente cuando estás saliendo con personas para conocerlas. Cuando tienes 20 años, un date puede ser en cualquier lugar con ruido, pero cuando entras en la trentuventud las cosas se ponen un poco más tensas.
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Hoy en El Calce te decimos la diferencia de conocer gente a los 20 y hacerlo a los 30
13. ¿Dónde conoces gente?
A los 20
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En el jangueo, en la universidad, en el trabajo, en el mall, echando gasolina y hasta haciendo la fila para ir a la letrina en las Fiestas de la Calle San Sebastián.
A los 30
En Internet. Entras a Twitter o Facebook, subes tu mejor foto con un ángulo que te veas brutal pa’ engañar a un posible candidato. Hay algunas que suben mucha foto de cleavage con algún quote “dulce sexy sensual” para provocar a algún tonto que aún no sepa el truquito ese de la belleza fragmentada.
12. Antes del date
A los 20
Beber ron o cervezas, para ir calentando y liberando la inhibiciones.
A los 30
Comienzas rezándole a Papito Dios para que la fulana no sea una psycha y que no tenga un expediente criminal. Luego procedes a beber Maalox para la acidez estomacal y el Pepto Bismol para el intenso dólor de barriga que te da por los nervios.
11. La ropa que vas a usar
A los 20
Todo nuevo. Hay que impresionar.
A los 30
Algo cómodo, porque no sabes si vas a tener que salir huyendo a mitad de la cita con la excusa de que vas pa’l baño. Eso sí, ropa interior limpia, porque uno nunca sabe qué pueda pasar.
10. Al llegar al lugar
A los 20
Pides ron o algún shot, pa’ calentar
A los 30
Miras las posibilidades: el vino te da dolor de cabeza, la cerveza te da gases, el ron te pone blandito de estómago… entonces pides un Mojito bien tropical, y te cobran como $30 por el trago. Maldices en silencio tus gustos exóticos.
9. Tus pensamientos durante la conversación antes de que te den el menú
A los 20
“Esto me lo como yo hoy”, mientras das tu sonrisa pícara y tu mirada 'comemuslos'.
A los 30
No te atreves a hablar de política porque no sabes de qué partido es, no quieres hablar de nada que suene muy superficial o airhead, ni quieres preguntar mucho para no verte desesperada/o. Le regalas lo mejor de ti: el awkward silence.
8. Llega el menú
A los 20
Sin medir el contenido calórico, pides sin miedo.
A los 30
Ves que hay bajito en sal y grasa, pero lo que realmente le tienes terror es al precio. Si ella pide algo caro, tú tienes que pedir ensalada y cositas así.
7. Tus exigencias sobre la persona
A los 20
Que esté bueno/a, que sea nalgona o que tenga abs. Esa es la que hay.
A los 30
Que al menos tenga buen crédito y que trabaje… y que no tenga una pensión alta de Asume.
6. Van a beber después de comer
A los 20
Van al sitio más cool y loud.
A los 30
Le pides a todas las divinidades que ojalá a ella le gusten los chinchorros porque dejaste toda la quincena en la cena y estás pelao. “Ojalá beba Medalla”, dices en tu mente una y otra vez.
5. El coqueteo
A los 20
Hasta el mínimo roce hace que se te paren los pelos.
A los 30
Dios mío, estoy tan fuera de práctica.
4. Sacar a la jeva a bailar
A los 20
La pista es tuya… si, total, ya estás borracho.
A los 30
¡Ahora es que es! No encuentras el swing, pero ya es demasiado tarde.
3. El afterhour
A los 20
¡FIESTAAAAAAAAA! Si la chica o chico siguen con energía, felicidades: conociste a tu alma gemela.
A los 30
¡Yo no puedo más!
2. El sexo
A los 20
¡Demente! ¿Cuándo repetimos esto?
A los 30
¿Tuvimos sexo o yo me quedé dormido?
1. Después de la primera cita
A los 20
Es el amor de tu vida. Acho, estás bien enamorada/o… y así te pasará una y otra vez.
A los 30
Te preguntas si algún día llegarás a conocer a tu media naranja, algo así como Topy y Yolandita, y lloras porque sabes que es imposible igualar a Topandita. No llores, quizás en la próxima vida tengas más suerte. ¡Y por ahí ya vienen los 40!
