Desde hace aproximadamente cinco años, la artista urbana vegbajeña Cita navega una carrera que fluye entre el arte alternativo y la lírica enfocada en exaltar el poder femenino en la música y en la vida cotidiana.
Su primer album, El Cuento de Cita, representó un verdadero logro para la escena independiente urbana, al punto que hasta Bad Bunny compartió su música y recibió respaldo suficiente para poner billboards alrededor de la isla.
Con su segundo álbum, La Magishan, ya Cita se establece como una figura de alta relevancia, presentando un mundo musical diferente y dándole una opción nueva al público que busca, no tan solo el baile y la joda, sino la expresión de la mujer puertorriqueña de hoy. Producido por Ricco y Kadeliko, de Night City Studios, ya La Magishan parte las ondas sonoras a diestra y siniestra.
El Calce habló un ratito con Cita y aquí te traemos esa plática.
¡Saludos, Cita! Vamos al grano, porque de esto se trata esto: 5 preguntas puntuales, pa’ que digas la que hay.
- Después de aquel primer disco, ‘El Cuento de Cita’, que puede catalogarse como una exitosa carta de presentación, ¿qué retos personales y artísticos encaraste que ayudaron a darle forma a ‘La Magishan’?
Luego de lanzar mi primer álbum, me enfrentè la realidad de reconocerme como artista y decidir si quería continuar este proyecto porque lo comencè solo para explorar. Pero parte económica se convirtió en un reto enorme: crear arte, producir canciones, hacer videos e imágenes tiene un costo real, y eso me generó mucha preocupación.
También tuve que lidiar con mi salud. Estuve fuera del trabajo un tiempo, en recuperación y tomando terapias físicas. Me dio mucha tristeza tener que soltar el proyecto por dos años. Sin embargo, durante ese período seguí escribiendo, y de ahí nace La Magishan: hacer magia con ll que hay.
Es, básicamente, la narración de mis procesos: viaje que va desde la tristeza hasta la esperanza.
- ¿Cómo logras conciliar todas tus facetas de mujer en el Puerto Rico de hoy para proveer letras con las que otras mujeres puedan identificarse? ¿Es algo que piensas, es una responsabilidad que asumes con tu arte o solo zumbas por ahí pa’ abajo?
Ser artista en una industria tan masculinizada es muy difícil. Así que simplemente hacerlo ya es un montón y un logro para mí. Mis canciones son relatos de mi contexto y las cosas que escucho de mis amigas ect, así que es por eso que las mujeres se identifican. No es algo que fuerzo o pienso. Eso viene conmigo. Aunque reconozco que hay responsabilidad social con solo tener un mic en mano, siempre hay que tirar la línea.
- ¿Cuesta mucho trabajo ahora lograr plasmarle identidad a un proyecto musical? Preguntamos esto, pues pasa que a veces muchas propuestas urbanas pueden sonar similares, o no salen de la redundancia de la calle o del fronteo. ¿Cómo uno se aparta de la masificación burda, cuasi-clonada, que a veces parece empujar la propia industria?
Para mí el trabajo es que la gente se abra a cosas nuevas. Están muy acostumbrados a lo mismo. Especialmente a la industria musical en PR. Personas que pueden ayudar a crecer proyectos como el mío, tienen miedo a intentar lo diferente. Yo veo a los chamas que firman el mismo una y otra vez y me frustro a veces, porque hay tantos proyectos con propuestas nuevas fresh pero tambièn hay resistencia al cambio.
- A nivel sonoro, ¿cuán lejos de tu zona de confort artística te atreviste a irte con esta nueva propuesta musical?
Estoy aprendiendo a usar el estudio como herramienta y este proyecto es una evidencia. Me estoy soltando y sueno más segura. Yo creo que el reto fue dejar el pellejo y que escuchen mis letras desde la vulnerabilidad y no desde el ego, como casi siempre se hace. Los productores de este proyecto, Ricco y Kadelico son muy talentosos así que confiè en lo que ellos querían aportar y el resultado es bien bello y profundo.
- La música es magia… más en este momento en el que se ha vuelto el frente de defensa principal para los derechos humanos… ¿Cuándo entiendes que en tu arte y música alcanzas el punto mágico para transmitir tu creatividad?
Todas las personas que creamos hacemos magia. En especial si te toca hacerlo desde cero, con recursos limitados y sigues creyendo. Ese es el punto mágico. Sacar el espacio en el caos, el stress, las deudas, la maternidad ¡ Y aún así puedo encontrarme y hacer arte!! Ese es el punto mágico. Que sigo aquí a pesar de las barreras creyendo en arte y talento, eso en estos tiempos, es magia. Por eso este nuevo proyecto se llama La Magishan.