Bencore está en mi apartamento para escoger las fotos que tomé de su evento llamado Noche Emo. Un dj set show donde pone música emo que data desde los 90′s hasta mediado de los 2010′s para darle un golpe de nostalgia a los 400 fanáticos que llegan a La Respuesta dos o tres veces al año. Él es el baterista de la reconocida banda local Los Rivera Destino y estudió música en Berkley, pero adicional a eso, le apasiona mezclar música en vivo como dj.
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Como fotógrafo de esos eventos, vi cómo el público disfrutaba la intensidad de esa música. Pensé: “este público en PR, donde el reggaeton y el trap manda, no tiene muchas opciones para ver sus gustos musicales ser tocados en vivo”. Al ver la posibilidad de que yo podía ofrecerles algo, se me ocurre preguntarle a Bencore si le interesaba hacer un show donde yo mezclara Hardcore Techno y él lo que quisiera. Hardcore Techno es un género de música electrónica que se distingue por la agresividad del kick, el bajo y las melodías. La velocidad del tempo normalmente va desde 160 bpm a 200 bpm (eso es bien rápido) y es una cultura que dio inicio en países como Bélgica, Alemania y Países Bajos en Holanda para la década de los 90′. Aunque ha llegado a Estados Unidos y Latinoamérica, no es un género muy reconocido en este lado del mundo.
“Creo que puedo poner Dubstep, mano”; me dice bastante convencido. Él me explica que a pesar de que Dubstep es un tempo mucho más lento, puede compartir un público que busca intensidad en la música. Tenía la esperanza de encontrar un público buscando eso y El Local era el punto de encuentro perfecto para experimentar esas pajas mentales. Nunca había organizado un evento de música, tampoco había tocado un controller de dj en un show en vivo y muuucho menos colaborar con un músico profesional como lo es Bencore. Pero las ganas de ver gente reaccionando al ritmo del hardcore techno me liberaron del miedo de no hacerlo. Eso no le quitó el hecho de que solo esperábamos que llegaran como 8 personas al show. Pero decidimos fecha y Bencore se encargó de separar un espacio para el 10 de mayo de 2024.
El local llamado El Local en Santurce es un personaje en sí, tiene identidad propia. Se caracteriza por su ambiente underground. Y es que le da espacio a propuestas que comúnmente otros venues no se atreverían a darle espacio. Quienes janguean allí es porque saben que van a ver y escuchar algo diferente a la norma. Por eso creo que es importante que existan espacios como El Local.
10 de mayo de 2024
Estamos conectando nuestros dj controllers, proyectando el video que se verá en la pared detrás de nosotros y sacando los glowsticks que repartiremos para darle una excusa a la gente a que bailen. Yo estoy vestido con un tracksuit de diseños de plumaje de un pavo real color neon y Bencore con su t-shirt negra. Yo quería emular el estilo de los llamado ‘gabbers’, que es el nombre que le dieron los holandeses a los seguidores del género hardcore techno en su país. Comúnmente usan tracksuits para salir a los shows y bailar el famoso paso ‘hakken’, que fue ilustrado en las imágenes proyectadas en la pared detrás de nosotros.
Las luces multicolores que ya están instaladas en el venue le da un ambiente de discoteca. Mezclado con los murales pintados en las paredes de concreto te hacen sentir que estás en un underground club scene. Prendimos la máquina de humo y ya la pista era otra dimensión distinta a la que vimos antes de llegar. Bencore pone la primera pista y comienzan los curiosos a acomodarse en el salón de la pista de baile. Algunos que llegaron por el flyer, otros porque simplemente janguean allí un viernes. Una estrategia buena que tiene El Local es que al tener bocinas en distintas partes del espacio, las personas pueden escuchar el show desde la barra y hasta afuera del edificio. Eso provoca que muchos que janguean afuera entren a darle una imagen al sonido que escuchan pero no pueden darle cara a quien lo provoca.
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Después de una hora de Bencore mezclando, me toca poner la primera pista hardcore. En la pista de baile había como 25 personas, amigos y extraños. Primero pongo una pista ambiental llamada “A Not so Silent Night” (cinematic mix). Con esa pista intento llevarlos a un lugar etéreo ya que solo se escuchan sonidos alargados y sin una base rítmica tradicional para bailar. Todo con un propósito: romper con el ritmo del primer kick de hardcore techno. La gente empieza a moverse con timidez y a la vez cayendo en cuenta de que yo estoy puesto para poner pistas así de rápidas e intensas. Y allí estaban, los que disfrutan la pesaera del hardcore. En momentos distintos, dos personas esa noche se me acercaron y me dijeron que llevaban tiempo buscando donde toquen hardcore. Yo les respondí: “Este show es para ti”; reconociendo que yo también estaba buscándolo, pero había que crear el momento. A lo largo que pasaba la hora del set me sentía más cómodo con ellos, porque la estaban pasando cabrón. Y así a lo largo del show entraban y salían a buscar algo de tomar en la barra, quizás descansar un poco y regresar a la pista. Hasta Molusco llegó con quien fue su pareja, Elysanij. Luego me enteré que ella es fan del dubstep. Nos consta que Molusco no es alguien que iría a un show en El Local por voluntad propia.
Terminamos el show, Bencore y yo cerramos la noche cantando una canción que no tiene que ver con el concepto del show, ‘Welcome to the Black Parade’ de My Chemical Romance. Fue un toque random y tonto para cerrar, pero efectivo para sacarme del tren del show y volver a la realidad. Mientras recogíamos, en un estado medio en shock, nos dijimos repetidas veces: “¡fue un palo!”. Los encargados de El Local estaban contentos, la gente también y por consiguiente nosotros. Durante esas 4 horas de show vimos a todas las personas que no imaginábamos que iban a llenar el espacio. Pero vuelvo, allí estaban. Luego de recoger, llevo a Bencore a su apartamento, abrimos un último round de cerveza y pusimos en el TV un dj set de Skrillex, Fred Again y FourTet cerrando el Coachella de este año. En la conversación concluimos que definitivamente había que repetir este show. Lo pautamos para el 2 de agosto 2024.
2 de agosto de 2024
Estábamos ansiosos por tocar. Luego de crear una buena campaña con un video promo en las redes que generó mucho tráfico, esta vez tenía las expectativas de que volvería a llenarse el show. Llegamos, montamos nuestro equipo y justo cuando íbamos a hacer la prueba de sonido…ocurre un apagón. “Se acaba de ir la luz”, dice Harry Rag quien estaba a cargo de El Local esa noche. “Fuck Luma”, decía tanto la gente afuera como yo mientras internalizaba todo. Esperamos una hora con la esperanza de que vuelva. Salimos del edificio y vimos que nuestro local era de los pocos edificios en Santurce sin luz. Veíamos a las personas llegar al lugar y tuvimos que darle la lamentable noticia de que no contábamos con el sistema de energía eléctrica para correr el show. Una muchacha junto con 5 amistades más llegó con su ‘hula hoop’ bien pompiá para bailar esa noche. Nunca voy a olvidar su rostro. Bajando la cabeza, no disimuló su decepción al aceptar el hecho. Nos entendieron y se fueron. “Tenemos que cerrar”, nos dice Harry luego de que pasara una hora desde que se fue la luz. Tuve que cancelarle a mis amistades que ya venían de camino y otros que llegaron. Es una experiencia que no le deseo a nadie.
Pero esa noche decidimos que vamos a volver a hacer el show y que va a quedar más cabrón. Esa historia está por escribirse el próximo viernes 13 de septiembre de 2024.