Opinión

¡Ya son 18 años! La Retro Reseña de “King of kings”

Esto no es una reseña objetiva, es un homenaje al mejor reguetonero vivo

La retro reseña de King of Kings
La retro reseña de King of Kings

¡Sobrinitoooooooos! Una vez más está en El Calce el profesor Zeta, el más temido por los borifeministos de Pe Erre, y el único zambo que reta con soltura los intensos tambores de las congueras feministas… ¡la bendición a Tío y evítate un lío! Mera, pana mío, si tu esposa o novia está mirando el celular sonriendo, posiblemente es porque está leyendo algunas de las letras que sembré en la Internet… y ahí nunca podrás vencerme, papeh. 😉

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Esta semana no quiero tirarle a nadie ni estoy en el mood de problematizar -ya eso lo hice en Twitter estos días cuando tildé al Rey Charlie de “simio con chancletas” y al decir que “JGo se duerme sobándole las t3tas a Yovín” -, sino que esta vez vengo a hablar del decimoctavo aniversario de “King of kings”, el segundo disco del más talentoso reguetonero que haya existido. ¿Ustedes creen que es Diwai? Díganme una canción de Raymond que sea tan parapelos como cuando escuchas los primeros acordes “Hasta abajo” cuando Don dice “di-di-di”... de hecho, Yankee tuvo que unirse en el remix de ese tema porque hasta un Legendaddy hace reverencia ante El Rey.

Sí, algunos treintones retroactivos que intentan ser “jóvenes” y los imberbes chamaquitos me dirán que el señor Bunny es “la maldita cabra”, pero ellos no comprenden el contexto del histórico reggaetón, y por eso aquí estamos para educarlos. Yo estaba ahí en aquellos tempranos dosmiles cuando el género urbano estaba construyendo su época dorada con esas canciones que sacan la cafrería que hay en ti y despiertan a esa inner yal que todas llevan adentro. Mis hijos, esos tiempos son comparados a la era “Attitude” de aquella sangrienta WWF, a diferencia de esta época en que los reguetoneros lucen más delicados que un cantante de K Pop llorando porque el mundo “está invalidando sus sentimientos”.

Ok, antes que todo, quiero decir que yo no voy a ser OBJETIVO con el maestro William Omar Ladrón, ese que tiene alma de una intensa dominicana, el amargo coraje de un carolinense, y que debe ser reconocido como la fokin SANDUNGA encarnada. En más de una ocasión expresé -desde los tiempos en que Yankee tenía más caderas que una beautician que visitó Colombia con un préstamo en Island Finance- que DON es el número UNO en mi TOP FIVE compuesto por: 2. El Terrorista E-D-D-I-E, 3. TEGO, 4. Wisin 🖖 5. Héctor El Father 🔥 Usted no puede estar de acuerdo conmigo con ese pick, y eso está bien porque yo soy fiel creyente de la libertad de expresión, pero si quiere debatir esto, me puede tirar a mi DM y yo con gusto lo voy a ignorar aunque su nombre sea Mario VI.

Quiero que mi gente linda que va a su cita mensual con el quiropráctico se remonte en una fecha bien importante: mayo de 2006. Aún recuerdo como ayer esa noche… era jueves, yo estaba en la Honda Civic blanca de Kike -mi mejor amigo pa’ esa época-, y en esos años no existía Spotify o Apple Music, los discos se capeaban en la piratería. Nosotros teníamos dos opciones: comprarlos en los quioscos de toldo azul y mesa plástica en la avenida o bajarlos de un software como Ares. Tenía 23 años -y lo recuerdo porque fue el mismo año que preñé- estábamos en la bautizada “La Potera” con los tintes 5% en los cristales frente a Rookies, un pub cercano a Pámpanos y al Lirios del Sur de Tempo. Mi compadre me dijo “cabr*n, escucha lo que acaba de hacer Don”... y yo me encomendé a Dios en ese momento, pues lo más que un fanático teme es escuchar el segundo álbum de su artista favorito después de un disco exitoso, y en el caso de William era el casi insuperable “The Last Don”.

Kike le dio PLAY al intro, que sonaba como chinos gritando en la cocina del restaurante Forever Flavor… pero eran chinos religiosos. Entonces, yo miré a mi compay y le dije lo que cualquiera de ustedes haría: “cabr*n, ¿qué c*r*jo es esto?” El cano de Peñuelas se disculpó a nombre de Don por el peor primer track de todos los tiempos del reggaetón, y continuamos escuchando el segundo tema: el legendario “Repórtense”. Yo nunca -ni antes ni después- he sentido que una canción que me den más ganas de ser bichote o francotirador para salir a cazar mis enemigos. Eso de que la música no influye en nuestra energía es bullshit, uno oye este maleanteo y quiere pelear con un grupo de señoras Testigos de Jehová caminando bajo el sol en una urbanización. O sea, yo tengo cuarenta y un años, y todavía pongo esta canción para realizar misiones tan intensas como ir pa’l supermercado un lunes.

La canción es casi perfecta… con el único foul que era una tiraera a Héctor Delgado, el bichote del cien por treinta y cinco… y si Don fue 50 Cent, es porque Héctor era Dr Dre. Déjame ver cómo yo se les explico esto a los menores: en aquellos tiempos meterse con El Bambino era peor que decirle “¡Macumba!” a Maripily frente a un grupo de treintilargas y cuarentonas sequitotis vistiendo mahones Pompis. Esa noche aún la recuerdo con tristeza, ya que una de mis duplas favoritas de productor-cantante eran Héctor y Don. Pa’ mí ese season de Héctor, Tito, Don y Glow fue simplemente PERFECTO… pa’ cuando Efráin David vestía como si fuera un puti-modelo de AMNEZZIA, Glory era la fantasía sexual de todos los cacos, y William tenía más nalgas que La Taína.

Repórtense” fue -sin duda alguna- un antes y un después. Ah, ¿y saben algo? Don llamó a Héctor por teléfono y le puso el tema… y esa fue la primera vez que alguien se le metió en la cabeza a El Father, lo que provocó la respuesta más sangrienta en toda la historia del género: “Ombe no”.

Después de enterarme que Kike y yo teníamos que tomar un bando - obviamente nos íbamos a unir a las filas de “el negro ‘e Toñita”-, escuchamos “Ojitos chiquititos” y no sabíamos qué caraj* estaba pasando. O sea, este tipo le acaba de tirar al Father -líder máximo del legendario COMBO DE SETENTA- y en el próximo track está hablando de un culito arrebata’o. No, papeh… ¿este tipo se volvió loco? Yo creo que siempre lo estuvo, pero después de esa machina entre el primer y segundo tema, este tercero es un oasis que sabe a cerveza un viernes de salir de trabajar. Sobrinitos, Don es volátil, desajustado e indescifrable, pero nunca duden que es demasia’o de muy talentoso.

Entonces, cuando estaba bien chillin bebiendo Coronitas escuchando el disco, sale “Conteo”... y rápidamente nos dieron ganas de meternos al pub a rebulear con mujeres que tenían novio. Este temita es una buena canción de guerra, y estoy seguro que yo la voy a poner cuando milite en “Las patitas calientes de Plaza” y vayamos a nuestro paso como soldados con articulaciones de hierro.

Luego vino “Cuéntale”, porque Don tiene a Altagracia -su alter ego- y siempre suelta un temita donde pelee con su pareja. ¡Oye! -algunos leyeron esto como el haitiano de Maceta TV-, me encantaría escuchar alguito de “El Rey” con La Ross María, una dominicana que le mete chévere; eso tiene que ser puro sentimiento de dos almas femeninas que siempre están heridas y borrachas.

Y cuando más molesto estabas con las exes de Don por haberle roto el corazón, William sale con “Tú no sabes”, una canción que era digna de una audición de Objetivo Fama. Muchacho, esto lo escuchaba Topacio Mamery y mandaba a eliminar a toda la raza del cantante que hubiese expulsado estas letras. Sí, amigos, hasta Don a veces se equivoca. Luego va “Candela”... y le dimos skip deseando cambiar el CD pa’l carajo y poner “The Last Don”... pero llega “Sale el sol” y era una canción que apestaba a verano… a un verano en la barra ANGELUS en Hato Rey.

A este punto uno no sabía si Don era aquel títere culón que nos enamoró o quería decirnos algo más… no lo entendíamos, pero es porque el carolinense siempre ha estado viviendo a millones de años luz de nosotros. La realidad es que el fundillú cantante experimentó con muchos ritmos porque confiaba en su talento. ¿Sabes quién siguió sus pasos en eso de arriesgarse a otros estilos? Papi Arca, el padre de una generación. Y del temita “Salió el sol”, continúa “En su nota” con Mackie, que es uno de los mejores reggaetones de todos los tiempos. Corillo, cuando Don grita “¡Mackie, hazle la sillita!”, uste’ sabe que el paso que mandaba era el de juntar los muslos como silla de comedor pa’ que la chica jugara a los squats. To’ ese combo de “Los Nativos” -Don, Mackie, Yaga, Zion, Lennox- estaban muy duros.

Entonces pasó lo que nunca imaginamos… Don nos pondría a perrear pensando en el SIDA. “Angelito vuela” hacía cantos los bajos de las bocinas en los vehículos en aquellos tiempos, con gente a la que le encantaba oír la tablilla temblar, a la misma vez que escuchaban sobre divinidades muertas por no usar condón. Don se inventó un nuevo género: el perreo fúnebre. Cuando no sabes qué Don quiso hacer con este disco, aparece una de sus mejores canciones: “JANGUEO”.

Coro, “JANGUEO” es la esencia de William en todo su esplendor. ESTE ES DON. O sea, este tipo tiene la capacidad de coger una pista del maestro Danny Fornaris y hacer un masterpiece. William y Daniel siempre hicieron tremendo equipo, y cuando Omar haga su último disco TIENE que traer al líder de Fusssion Musik. Pa’ mí esta canción es un pool party descontrola’o un sábado o un perfecto domingo de playa; esta rola es una de las joyas del reggaetón.

Don tiene el arte de hacer algo genial… y rápidamente cagarla. Es como un buen hombre que está intentando vencer el vicio a las strippers: no importa cuántas oportunidades le des, siempre terminará revolcándose en lo que le encanta. A veces pienso que a William siempre le interesó pertenecer a algún grupo de pleneros, ya que a él le fascina bailar moviendo los hombros y las caderas. Si Don fuera un instrumento, sería una pandereta que se mueve por todos lados.

Vamos cerrando el disco, aunque ese pasado track parecía un lunes de gente con vello excesivo en El Bonanza, seguimos emocionados escuchando K.O.K… y llega “Infieles”, y en ese momento le dije a Kike “cabr*n, dale skip que nos vemos medios raros escuchando esto en un parking”... y nunca más volvimos escuchar esa mierda en nuestra vida. El próximo tema es “Belly danza”, y andamos en Ponce -el París de Pe Erre- entonces no puedes evitar moverte y pensar que es un temazo pa’ fumar marihuana en Playa Santa un día feriado, mientras danzábamos como indígena de Guayama. Aquí es que volvimos a coger fe en Don, pues este muchachito es más inestable que un miembro del Partido Popular autodiagnosticado con bipolaridad.

Con la condición de donmasoquismo, le dimos oreja a “Muñecas de porcelana”, una canción que habla de dos mujeres con traumas que “decidieron” ser lesbianas. Coro, la ex de Don -sí, a la que le dedicó “Aunque te fuiste”- lo dejó por otra hembra parecida a mi buena amiga Guzabra, así que nadie me quita que esta canción también es para su ex… no tengo pruebas, me sobran las dudas, pero algo en mi corazón me dice que tengo la razón. De hecho, hace muchos años le pregunté a Don en Twitter que cuándo iba a lanzar esta canción versión masculina llamada “Peluches de leche”, acto seguido el reggaetonero me bloqueó en esa red social.

Not too much”.... Zion y Don… o sea, caballo, la verdadera combinación de las poderosas voces. Si esto fuera un dúo se llamaría “Las Mingas”. “Bailando sola” aparece, les das skip como si nada, y Don decide terminar con “Amarga vida”, un ritmo que parecía de Pirulo y La Tribu, pero que Don agarró para quejarse de lo infeliz e injusta que ha sido su vida.

Este disco para mí es mucho más completo que “The Last Don”... y si me preguntan cuál prefiero, tengo que decir que me voy con “KOK”. Ajá, ya sé que la nostalgia los va a abrazar, pero solo piensen esto: William se arriesgó demasiado con este álbum… y le salió. Este CD fue la evolución de Don, y con solo dos discos pudimos ver lo que este tipo era capaz de hacer: prendía la calle, cantaba bonito, ponía en sentimiento a las mujeres, y también hacía bailar a las viejitas.

En ese entonces, pensamos que estábamos viendo lo mejor de Don, sin saber que ese pilar del reggaetón apenas estaba construyendo sus cimientos; además, fue el artista que se paró de frente a Daddy Yankee, Héctor El Father, y Wisin y Yandel a la misma vez… y aún así se sostuvo firme. ¿Cuántos pueden decir que se midieron frente a los mejores de su época y salieron airosos? Pa’ aquellos años yo escribía en un blog llamado La Letrina y nunca imaginé que este disco sería uno de los más importantes de un género subestimado. Es bueno mirar pa’ atrás y saber que estábamos presenciando la Historia… así que a mi buen amigo Kike, si estás leyendo esto, te invito a un karaoke para cantar “Repórtense”, aunque ahora nos suba la presión por ser hipertensos. Antes de irme, concluyo diciendo que William Omar ES el artista más completo del reggaetón.

Hoy no hay Percos… hoy solo hay #Respect 🦍🫡

Si te gusta el reggaetón del bueno, chequea “La vida de Yisus”, el playlist más duro de Pe Erre en Spotify. Yo te garantizo que mi playlist te va activar hasta en el entierro de tu abuelita. Hazle caso a Tío, y dale pa’ allá.

La vida de Yisus
La vida de Yisus

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