“Tan bien que estábamos y aquí vienen estos humanos….”, pudiese pensar la señora delfina.
Sí, ese puede ser el pensamiento de algún delfín o criaturita marítima de Borinquen que en esta pandemia ha gozado de paz y sosiego ante la ausencia del humano. Pero, como ya sabemos, se abrieron las compuertas y la gente anda de nuevo en la calle y haciendo actividad física en el mar.
Este corillo se fue sanamente a disfrutar por la costa de Arecibo, según indican en el post, y como se portaron tan a fuego, un grupo de delfines le reciprocaron con unas piruetitas en baja, por eso de deleitar.
A continuación, un grupo de lo más gufiao’ de delfines hacen de las suyas: