Una estatua con guille de celador volando por encima de las cabezas de los agentes de la fuerza de choque en la Plaza San José, un gobernador estadista pero que hoy se siente comandante en jefe de una república y un alcalde miniatura de San Juan recibieron al Rey Felipe VI de su viaje desde España.
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Lo único que faltó fue que viniera en una carabela custodiado por esclavos y en lugar de que llegaran por la base Muñiz entraran por la Puerta de San Juan.
Esto no es un episodio de una serie parodia ni nada de eso, se trata de Puerto Rico quien hoy recibió al Rey de España quien parecería que vino buscando oro como pa’ aquellos tiempos de sus ancestros. Sin embargo, esta vez solo se encontró con un país en quiebra, comandados por una junta de personas que ni tan siquiera lo fueron a recibir y dejaron que sus colonos se echaran el guille de mandatarios y el dieran la mano allí en tiempos de COVID-19.
El Rey Felipe VI se bajó del avión y fue recibido por Pedro Pierluisi quien con su acostumbrado caminar gulembo le presentó a todos los funcionarios de la colonia. El hijo de don Juan Carlos casi se tuvo que arrodillar para saludar al alcalde de San Juan, Miguel Romero, a quien confundió con un pequeño niño por su limitada estatura frente al alto rey.
Aunque en horas de la madrugada, un grupo de descendientes de Diego Salcedo hicieron de las suyas con la estatua de Juan Ponce de León en el Viejo San Juan, esto no le importó al Rey quien a su llegada estaba loco por irse a descansar después de ese vuelo de ocho horas donde se enteró que su hermana se estaba divorciando. Cosas mucho más importantes que celebrar los 500 años de algo que se sigue llamando colonia.
Se supone que durante el día de mañana el Rey Felipe visite al gobernador en La Fortaleza, otro lugar bien colono, donde se tomarán un cafecito y ya le dijeron a Pipo que no puede caminar frente al rey porque eso es una falta de respeto.
El Rey también estará visitando otros lugares de Puerto Rico acompañado por la prensa a quienes también les dijeron que no pueden hacerle preguntas a su majestad y menos si es pa’ hablar del Ponce de León esbarata’o o de su hermana divorciada.
