Ser artista puede que cambie a la gente un poquito. La fama no es tan bonita como parece. Sin embargo, Pedro Capó se encontró con una familia en un garaje de Baldrich y al notar que necesitaban una mano para cuadrar el aire de las gomas, se ofreció y hubo mucho gozo.
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“Estábamos saliendo del hospital, porque estamos pasando un momento difícil como familia. Parte de nosotros iba para San Sebastián y las gomas estaban bien vacías. No sabíamos cómo hacer eso y él nos vio, nos ayudó y nos regaló un ratito de felicidad”, le dijo a El Calce la maestra de periodismo, Odalys Rivera.
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Esto es para que usted vea que la humildad debe florecer SIEMPRE. ¡Aplauso de pie pa’ Pedro!
