Una llamada de emergencia realizada por un niño neozelandés de cuatro años en la que pidió a la policía que fuese a su casa a ver sus juguetes derivó en un operativo real y en la confirmación por parte de un agente de que los juguetes eran, de hecho, sensacionales.
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La policía compartió el audio de la llamada en redes sociales esta semana junto a una foto del sonriente niño sentado sobre el capó de un coche patrulla, y señaló que aunque no animan a los menores a contactar con el número de emergencias, el incidente era “demasiado bonito como para no compartirlo”.
La conversación comenzó con el protocolario: “Policía, ¿cuál es su emergencia?“.
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Hay una pausa mientras el menor, que no fue identificado, dijo vacilante “Hola”, seguido de “¿Señora policía?”.
“Sí”, respondió la agente, que que continuó con un tono más amistoso y cantarín, “¿Qué te ocurre?”.
“¿Puedo decirle algo?”, preguntó el niño, que tras recibir permiso dijo “Tengo algunos juguetes para usted”.
“¿Tienes juguetes para mi?”, respondió la policía.
“Sí. Venga a verlos”, contestó el niño.
Un hombre tomó entonces el teléfono para señalar que el llamado había sido un error y explicó que le estaba ayudando mientras su madre estaba enferma.
A continuación, la policía lanza un aviso en el que indica la dirección de la vivienda apuntando que “Ahí hay un niño de cuatro años que quiere mostrarle sus juguetes a la policía, cambio”.
“Vale (…) yo voy”, respondió uno de los efectivos.
Según la policía, el agente, que fue identificado como Constable Kurt, pudo ver una colección de juguetes en la casa del menor en la ciudad de Invercargill, en la Isla Sur.
Además, mantuvo una “buena y educativa charla” sobre el uso adecuado del teléfono de emergencias, que en Nueva Zelanda es el 111, añadió.
“Sí tenía juguetes sensacionales”, informó Constable Kurt tras atender al llamado, según la policía, que agregó que “el afortunado niño pudo ver el coche patrulla y el agente le encendió las luces”.