Jarana

Hablando de sexo con Capela Love... ¿Dónde está mi caco?

Mi muestreo reflejó lo siguiente: al parecer los cacos ch!ch@n cabr*n.

bad bunny anuel

Mi investigación no fue nada científica, de números y estadísticas no sé nada. Pero mi muestreo reflejó lo siguiente: al parecer los cacos chichan cabrón. O, como diría Anuel AA, te martillan como si fueras perico.

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Esta investigación me recordó una noche de travesura donde, sin querer queriendo, terminé con un semicaco; de esos que no tienen cerquillo ni se sacan las ’ejas, pero les gusta perrear en las mesas de Musa los domingos. En resumidas cuentas él iba a toas nivel: me pidió que lo meara. No que lo orinara ni que le hiciera nini. Que lo meara. Eso es lo más exótico que me han pedido en la cama y no lo hice porque no tenía ganas de orinar -y no dejaba de pensar en cómo carajos él pensaba limpiar el mattress- pero definitivamente todo lo demás estuvo, ¡brutal! Con todo y que el tipo no era un Ñengo Flow.

Entonces, me puse a pensar cómo sería si yo tuviera un jevo ultra caco, que lo que le guste sea el perreo sucio en un bar con cristales ahumados, que tenga un cadenón y que, como dice Bryant Myers, le guste lamerme los dos agujeros. Y si es un caco hipster como Bad Bunny, mejor… porque con él podría intercambiar esmaltes.

Creo que, si mi investigación es cierta, al menos estaré feliz y satisfecha sexualmente. Algo que me pompea a salir gritando por la calle: ¡DÓNDE ESTÁ MI CACO PUÑETA!

Estoy segura que hay alguien leyendo esto y pensando Chica, el sexo no lo es todo.

Mira bitch don’t kill my vibe. Tener sexo rico, sabroso y consistente puede hacer que yo me olvide que al tipo le guste beber el rosé de Tito el Bambino. A estas alturas de mi vida las prioridades han cambiado. Y el sexo salvaje está en la posición número uno de características imprescindibles y no negociables que busco en un a pareja, junto al sentido del humor, la empatía y las ganas de trabajar.

Y ese punto número uno no lo están cumpliendo los wannabe que perrean en La Respuesta. So, me verán janguiando más en Bayamón porque de Santurce solo he sacado las ganas de ser lesbiana. Brrr!!!!!

 

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