En estos tiempos de reflexión e introspección que nos ha traído este súbito Apocalipsis que apodan #CoronaCrisis, los poetas realmente se crecen.
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Tomemos el ejemplo del gran Raymond Ayala. Cansado ya de calcar las canciones de gente que pegaron hace 30 años, como Snow o Ini Kamoze, el señorísimo Daddy Yankee ha aprovechado esta cuarentena para desempolvar sus dotes reales de Garcilaso de la Vega de Villa Kenneddy.

¿Su musa? Pues la Dulcinea que durante casi tres décadas ha acompañado a este Don Quijote, doña Mireddys de Yankee. By the way, en este cuento Rocinante es Nicky Jam y Sancho Panza, por supuesto, es Ralphy Pina.
A continuación el más reciente SONETO BARROCO del POETA NACIONAL, Daddy Yankee.