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El Conejo malo de Tax Collector: 'Quise demostrar cuán real es esta cultura' (Video)

El Calce se sentó a dialogar con un verdadero Bad Conejo. Si alguien sabe de lo que se vive en la película The Tax Collector, ese es el villano del film, el señor José 'Conejo' Martin, un rapero que ha tenido una vida tan y tan real con esto del bajo mundo que ni el apodo le quitaron cuando entró en personaje.

conejo martin

Este Conejo sí que es malo, aunque no frontea con eso en su nombre.

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Bendito, Benito es un nene bueno, nada que ver con tooooda la calle que tiene José ’el Conejo’ Martin. Esto es un O.G. de verdad. Oye, pero hay que acentuar que el Conejo Martin FUE malo, porque ahora ES una estrella de cine y un rapero que, calladito, calladito, calladito mueve su música, cual merca de carteles.

Y de mover mercancía, vamos, el ’Conejo’ sabe. Pudiese decirse que el destino lo hizo un estudioso en el bajo mundo. Si alguien sabe lo que se vive en la película The Tax Collector, ese es el villano del film, el señor ’Conejo’, rapero que ha tenido una vida tan y tan real con esto del bajo mundo que ni el apodo le quitaron cuando entró en personaje.

“Pos si me toca ser malo, pues vamo’ a ser malo, yo voy a dar el máximo”, dijo entre sonrisas el ’Conejo’ Martin en entrevista con El Calce, vía Zoom.

’Conejo’ es la contraparte del protagonista “bueno” de la peli, que protagoniza Bobby Soto. El actor mexico-americano se botó en su rol de  ganster sanguinario, flow cartel de Sinaloa, pero más, muuuucho más pata abajo a la hora de bajarle el de’o a sus rivales. Pero no se equivoque. Ese papel le salió tan bien por el gran aprecio que tiene por la propia cultura que lo vio nacer y crecer, con sus muchos defectos y sus grandes virtudes, le ha enseñado el camino hacia la vida recta.

Vayamos al mello del asunto. Martin creció en el barrio de West Adams, en la ciudad de Los Ángeles. De niño empezó a involucrarse con la infame Harpy’s Gang, vinculada a la mafia mexicana, según describe un artículo de perfil artístico en un diario de Phoenix. Sin remedio, su estilo de vida lo metió en problemas, al punto de mantenerse oculto durante 15 años en México antes de ser extraditado a los Estados Unidos. En 2018, todos los cargos que le imputaban al Conejo por un caso de homicidio fueron archivados y el rapero y actor consiguió su pasaje para regresar a la vía recta del arte y la música.

“Pero es que esa es la realidad, lo que yo mostré en la película. Uno no quiere glorificar nada, uno lo que quiere mostrar la verdad, la realidad”, manifiesta sobre su rol de Tax Collector, que, de hecho, lleva su mismo nombre.

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Y eso se debe a la plena libertad que el director David Ayer le dio al Conejo, a quién conoce hace años también, pues en más de una ocasión se toparon de jóvenes en la localidad de West Adams, en Los Ángeles. Esta combinación fue muy efectiva: el Conejo, básicamente, le robó el show a medio mundo, pregúntale a Shiah LeBouf.

O sea, ya existen varios clásicos de cine de mafia  mexicana, como el importantísimo film American Me, con Edward James Olmo, o el impactante Blood In, Blood Out, ambas películas de inicios de los noventa. ’Conejo’ aceptó que en el neocine latino que toca temas de violencia y gangas existe una breve influencia de estos clásicos, aunque entiende que es el impacto de toda la ola migratoria de las pasadas décadas las que logra que el tema de la mafia y la cultura de gangas mexico-americana siga floreciendo como tema para ser estudiado en las artes. El alcance que ha tenido la cultura mexicana a nivel mundial, entiende Conejo, ha puesto bajo el microscopio todas las capas, para bien y para mal, que ha traído la misma.

“Entonces, por ejemplo, en esta película, tú ves mi personaje introducir otro elemento que no había en esas películas clásicas, que es el elemento de los carteles, de la cultura mexicana de los carteles. Es que uno cuando anda en Estados Unidos lo ve. Cuando estuve de gira en Estados Unidos antes de la pandemia, yo notaba a la gente vistiendo como nosotros vestíamos en los noventa”, apuntó

“Mira la atención que se le da al juicio del Chapo. El alcance que ha tenido la cultura mexicana es grande, oye, tú vas a Japón y hasta en Japón vas a encontrar los carros Lowriders de nosotros”, dice en alusión a los vehículos customizados – los carros que rebotan – que se hicieron populares entre la cultura mexic0-americana hace 30 años.

Oiga, pero no se equivoque. El hecho de que el Conejo sepa tanto de ese mundo no quiere decir que siga con esas cosas que una vez le trajeron penumbra. El tipo está claro, es súper a fuego y también está muy consciente de que el cine es el cine, que por la mente no le pasa la chotiaera ni a jodidas, y que su cultura mexico-americana se merece entender la realidad de la vida, por más cruda que sea. Entonces, está la música.

“Héctor Lavoe. Chalino Sánchez. Miles Davis. La música es música, más allá del rap”, destaca el cantante, quien afirma sonriendo que “cuando voy a rapear o a grabar, yo no escucho nada de rap”.

A continuación nuestra entrevista con el Conejo Martin. Y, de una vez, aprovechamos para recomendarles el Tax Collector, una película bastante dura y contundente sobre el mundo de la neo-mafia chicana en Los Ángeles, influenciada por la guerra de los carteles en México. Conejo, gracias por esto, ese, órale. 

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