Logan Paul, personalidad del entretenimiento, anunció que pondrá a la venta una de las cartas de Pokémon más buscadas por coleccionistas en todo el mundo. Se trata de una “Pikachu Illustrator” de 1998 en condición excepcional, que Paul adquirió hace unos años en una transacción que estableció un hito en el mercado de coleccionables.
La carta en cuestión forma parte de una edición promocional que se entregó originalmente como premio a participantes destacados de un concurso de ilustración organizado en Japón a finales de los años noventa. Las copias existentes son muy pocas, lo que explica por qué esta pieza se considera una de las más exclusivas y valiosas entre los objetos coleccionables de Pokémon.
La carta de Paul fue certificada con la máxima calificación de conservación por una entidad profesional de evaluación (PSA grade 10), lo que implica que está prácticamente impecable tanto en impresión como en preservación.
Paul compró esta carta por cerca de $5.3 millones, una cifra que, al momento de la operación, la convirtió en la transacción privada más elevada registrada para una carta de Pokémon según datos de récords mundiales.
Desde entonces, la pieza se ha convertido en un símbolo del creciente interés por este tipo de objetos, mezclando nostalgia, cultura pop y dinámicas de inversión de alto valor.
En un mensaje reciente en sus redes sociales, Paul reveló que el acuerdo con la casa de subastas incluye un adelanto de $2.5 millones y una participación en los ingresos del evento, lo que le permite asegurar liquidez mientras conserva exposición al resultado final. El influencer reconoció que la decisión de vender no fue fácil y adelantó que el lote —que incluye el llamativo collar diseñado para portar la carta— se presentará en una subasta especial programada para el 15 de febrero, con la promesa de entregar personalmente la pieza al comprador.
Subasta y expectativas de venta
El inicio de la subasta está programada para principios de enero de 2026 a través de la plataforma Goldin Auctions, donde se prevé que la carta pueda alcanzar un precio aún mayor al que Paul pagó originalmente. Observadores del mercado estiman que la puja podría superar los $7 millones, y algunos colocan el rango máximo por encima de los $10 millones dependiendo del interés de los compradores.
Más allá del impacto mediático, la decisión de Paul de poner esta carta en subasta ha reavivado el debate sobre el papel de los coleccionables como activos alternativos. Mientras algunos inversionistas y seguidores ven en objetos raros una oportunidad de diversificación, asesores financieros advierten que este tipo de inversiones puede ser volátil, difícil de liquidar y no genera rendimientos pasivos como los instrumentos financieros tradicionales.
El fenómeno detrás de esta carta radica en dos elementos: la rareza objetiva del objeto en sí y la capacidad de figuras públicas como Logan Paul para influir en la percepción del valor de los bienes coleccionables. Con más adultos jóvenes que crecieron con franquicias como Pokémon ahora con capacidad económica, este segmento de mercado sigue expandiéndose y atrayendo atención más allá de los fanáticos tradicionales.