Estoy casi seguro que la primera vez que conversé con Idel Armando Vázquez fue como pa’l 2014, cuando existía el legendario “Trépate aquí” en “Celebrate” del Viejo San Juan. Como dos buenos ponceños, la conversación comenzó diciéndonos “tú eres de Ponce, ¿verdad?” porque ese es el código que une a los hijos del “París de Puerto Rico” cuando se encuentran fuera de su hábitat sureño.
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Pa’ ser sincero, los primeros minutos que hablé con Idel no sabía si el tipo estaba planificando asaltarme o simplemente ese era su estilo de moverse porque el cabrón no se estaba quieto… y justo ahí comprendí en quién Chente se inspiró para el juego de piernas de Fico Fronte. Después de un par de cervezas, oír sus peores ‘hot takes’ y detenidamente escucharlo un rato, supe que estaba presenciando los primeros pasos del que sería un gran manejador.
La vida nos siguió cruzando en el camino, y pa’ ese tiempo en que El Calce estaba naciendo, Idel también estaba metiéndole varillas a la zapata de lo que sería Gallimbo Studios y fue pieza clave en la construcción del estudio más cabrón de la isla. La mayoría de las veces yo no entendía el estilo de Idel -especialmente cuando me texteaba peleando por algo que escribí-, pero tengo que decir algo: el cabrón siempre lograba todo lo que se proponía… incluyendo mi sueño de poner a enanos a darse par de puños en un video. Este gallo era diferente a mí, pero tenía algo especial que más tarde comprendería.
Idelectrox comenzó siendo el novato manager de Vicente Enid, pasó a ser la mente maestra de Gallimbo, tuvo su rol como sidekick, luego fue el primer influencer boricua en Snapchat hasta convertirse en un gran motivador en videos pa’ las redes. O sea, este pana hizo todo eso aRRastrando la ERRE ponceña con mucho orgullo… y fue ahí que el movimiento comenzó.
Con el tiempo, Idel pasó de ser el loquito roncón y desordena’o que le gritaba a dueños de barras por los cheques de Chente a convertirse en el roncón bien enfocado de un negocio que bregaba con marcas grandes. En aquellos años en que las redes sociales rápidamente se solidificaban, el mercado se movió a lo digital y los creadores de contenido estaban naciendo por cesárea, Gallimbo fue el gran referente boricua. A mí me vuela la cabeza que dos amigos apostaron a todo y dieron el palote de su vida… y si el señor Ydrach es parte de la cultura popular boricua es porque tuvo un Idel que lo dio todo por él.
En el 2020 -semanas antes de la pandemia- El George me dice que Idel iba a ir a Siempre es lunes, y lo primero que pensé fue que mi juanadino compañero le pidió tres cigarrillos fia’os al ponceño en Superbar, y le dijo “¿quieres ir a mi podcast?” sin saber que Idel le diría que sí. La cosa es que cuando grabé con Idel, mi perspectiva de él cambió totalmente porque el tipo jugaba con el gimmick de “loquillo irreverente”, pero estaba bastante claro de las cosas. Imaginen esto: Idel y yo debatiendo de temas un sábado en la tarde… cabrones, ¿ustedes han visto dos ponceños tercos en un mismo espacio por dos horas? Pues eso pasó y la pasamos bien cabrón.
Tengo que decir que mi ‘season’ favorito de Gallimbo fue cuando Idel y Chente se convirtieron en padres de familia, pues atrás se quedó el faranduleo de cartón porque ahora vendrían las cosas más bonitas de La Vida. Lo vi cambiar totalmente, centrado en su esposa Maru y sus hermosas crías, y de repente fue como observar a ese primo que hizo escante en sus años mozos y que ahora tenía una vida chula como esposo y papá que no cambiaba por nada. Idel se transformó de la peligrosa mano derecha de Chente que gritaba “¡ladra!” a ser un dulce y protector padre de familia.
Hace unas semanas atrás me enteré que Idel no estaba bien de salud, así que le envié mis mejores deseos y vibras… lamentablemente, nunca pude volver a hablar con él. Ya perdí la oportunidad para decirle lo que pensaba a este pana, pero me quedan los que lo querían y los que lo conocieron, así que esto es pa’ ustedes.
Idel fue uno de los tipos más libres que yo he conocido, hizo las cosas a su fokin manera y siempre persiguió sus sueños. Idel fue el caballito que tuvo una visión, que no se limitó a quejarse, sino que metió los cojones para hacerlo posible. Una de las cosas que más me gustaban de él era que siempre estaba en modo festivo, y quizás pa’ algunos es “roncaera”, pero cuando uno mete el corazón en un proyecto y da un palo, hay que celebrarlo. Idel tuvo varios campeonatos, pero su favorito fue la familia tan linda que construyó junto a Maru y que mostraba con tanto orgullo.
IDEL SE RETIRÓ VICTORIOSO. Este macho tuvo unos grandes padres, unos buenos hermanos, un mejor amigo con el que construyó un legado y con la mujer de sus sueños tuvo las crías que cargarán su sangre. Idel hizo de su vida lo que todos deberíamos hacer: ponte metas, haz una estrategia, persigue esos planes, juega inteligentemente y no regreses hasta que obtengas lo que fuiste buscando.
Idel, cabrón, me hubiese gustado hablar más contigo. Quizás las veces que compartimos yo no estaba en un buen momento personal, pero ojalá hubiese podido decirte alguna vez que te admiraba, no solo por soportar al anormal de Vicente Enid, sino porque venir de nuestro pueblo y sembrar huella en “la metro” es algo que solo los animales ponceños podemos entender… y tú lo hiciste de forma magistral. Yo solo tengo respeto para ti, y espero que en el otro la’o nos encontremos pa’ una buena charla con cervezas como la primera vez que te vi.
Chente, ahora mismo te llevo en mi corazón. Solo quiero decirte que Idel y tú soñaron juntos y lo lograron, ¿cuánta gente puede decir eso, cabrón? LO LOGRARON. Ustedes dos juntos hicieron una historia hermosa que será admirada por un montón de chamaquitos que están buscando su norte. El Gallimbo que Idel y tú alguna vez imaginaron es una realidad… ustedes dos vivieron el sueño de muchísima gente, y lo que consiguieron es un cuento que nunca vamos a olvidar.
Mis respetos a Maru, a su bro Ismael, a los padres de Idel, a sus crías y a toda su familia. Tengo que decir que me duele que se vaya alguien tan joven y talentoso, pero hay que recordar su vida como el gran fajón y cojonú que fue… así que hoy levanto el fili y una cerveza por Idel, porque aunque dejó el plano físico, siempre recordaremos el gran tipo que fue, y que no importa qué carajo pase, el movimiento no puede parar. 🦍🫡