Jarana

Las figuras que nos unen como pueblo

♫Yo quiero un pueblo, que ría y que cante♫

El Calce
El Calce

Es año eleccionario, y usualmente en este season algunos de los habitantes de la colonia más cafre del mundo se ponen más changuitos que el profesor Ángel Rosa cuando tiene que comer frituras en Loíza, o igual de problemáticos que Lizmarie Quintana las noches en que se acaba el whiskey en “El Cojo”.

En mi tiempo como “periodista” -y aquí es cuando los totones de COPU, los delfinos de Sagrado y los despedidos de GFR se rasgan las vestiduras- detestaba esta época en que todo se volvía bien polarizado, solo porque los políticos comenzaban a decir sus medias verdades, un cojón de sandeces y los supuestos planes de país en una isla que se repite; las reses cibernéticas -que están en TODOS los partidos y en los indecisos también- se ponían bien pendej*s y las redes sociales se convertían en algo más inmamable que los dedos de los pies de Nelson de la Rosa.

En la redacción de El Calce fomentamos la unión entre los boricuas, y tras la lamentable muerte del legendario Antonio Cabán Vale “El Topo” -cuyo apodo nos da pistas de que estará cómodo viviendo bajo tierra- solo nos queda cambiar la vibra y recordar a esas personalidades que nos hicieron dejar atrás las diferencias como individuos para juntarnos como colectivo en un solo sentimiento.

Sobrinitos, vamos pues, a hablar de esos mamíferos que representan la verdadera esencia puertorriqueña.


Jonathann “Gallo The Producer” Ortiz

No, no es un typo con la doble N al final del nombre, sino que a la gente de ascendencia arrabalera le gusta ponerse creativa al bautizar a sus crías porque -según ellos- eso hace a sus bebeses “únicos y especiales”. Gallo -quien se crió con Kevin Fret y crecieron tirándose de espalda en el Puente Dos Hermanos- es un influencer que se dio a conocer por una guerra en Facebook con los barberos. Nunca olvido cuando Gallo gritaba “¡baja pa’ La eFe!” como si fuera un títere en el intro de una tiraera de Coscu.

En aquel momento, el pueblo se unió a The Producer porque en verdad nadie quería pagar veinte pesos por un recorte, cuando la mayoría de estos profesionales del cabello se pasan haciendo matariles y pasándole los genitales a sus clientes por los codos, a la misma vez que hablan por el celular con la corteja de turno. Al final, los barberos ganaron la última batalla (si te quieres hacer “el Britney Spears” ya está en $25, papeh) y la ira de la gente se volcó hacia Gallo, quien no ayudaba a mejorar su imagen al lucir como un desajustado que tenía varias personalidades como Tomasa, la suplente de Petraca en el desaparecido programa “Minga y Tomasa”.

Gallo se ha trepado varias veces en cuadriláteros, es un invitado frecuente en los podcast de Chente -episodios en los que Vicente Enid le paga dándole pon a Gallo pa’ que no tenga que coger la AMA de vuelta a su casa-, tiene proyectos con muchos views en los que no factura un carajo, pero nos recuerda que lo importante es LA PAUTA… porque también se puede ser famoso, aún cuando tengas muchísimo menos talento que el retardado de Arte Cardé.

Lisha Adarquiris

Yo todavía no sé cuándo fue que Lisha se convirtió en alguien famosa, solo recuerdo que explotó la noticia de que el Departamento de la Familia le quitó a la hija, y las Lisha Rangers salieron para defender a su heroína… y cuando digo “heroína” me refiero a que la vida de “La Chava del Shoush*” era droga para esas hembras (y entre ellas incluyo a mi mamá y a mi hermana), que desde el día uno defendían a la dueña de “Jugos Organik”.

Lisha comenzó a representar a esa madre luchona que sale a realizar el trabajo, no importa lo que cueste… el único problema es que la joven lo hacía con una infante en sus brazos, y mientras lactaba a la menor, también esquivaba carros en la carretera. Las mamás de Pe Erre la amaron por una sola razón: porque la mayoría de ellas también son unas irresponsables.

Lisha poco a poco se ganó los corazones de los puertorriqueños, especialmente por sus videos flow reality, en los que mostraba su vida privada, las veces en que se cortaba las partes íntimas al afeitarse, orinaba frente a un live de doce mil personas a las 3:00 a.m., pero también dejaba saber a todos sobre sus ganas de echar pa’ lante. En una ocasión Lisha recibió unos setenta mil dólares en donaciones, y utilizó parte de ese dinero para comprarse un Mercedes viejo, pues al boricua lo más que le gusta es aparentar. Esta tierna chica es la representación de la fútil esperanza, porque al puertorriqueño lo más que le encanta es tener una historia hollywoodense en la que alguien milagrosamente “se supera” a pesar de no tener control de su vida… y por eso, también creen que Almighty es rehabilitable.

Rey Charlie

Misael “Rey Charlie” González es un conocido motociclista que alcanzó la fama en el “Verano del ‘19″, un evento en que el pueblo marchó para que Ricky Rosselló renunciara a la gobernación. Ese suceso todavía sigue siendo la musa pajera para algunos sectores como el público del Festival Claridad, los amigos santurcinos de Residente, Victoria Ciudadana, Benjamín “Me apesta la cara” Torres Gotay y periodistas que trabajaron en “Diálogo”, quienes cinco años después hacen conferencias para celebrar una conquista estéril, pues la Izquierda boricua se dedica más a celebrar victorias a medias que apuntar en su récord triunfos absolutos… ‘pérate, me fui pa’ la Izquierda monga, así que volvamos al simio penepé de Misael.

En aquel entonces, Charlie comandaba a “los jinetes de la brea”, un grupo de desertores escolares montados en scooters -entre los que se encontraba el intrépido Kefrén Velázquez (que años después propagó el COVID en la isla luego de su viaje a China), y que desfilaron con el mismo orgullo -pero victoriosos- de “Los Cadetes de la República” antes de ser embestidos en la Masacre de Ponce.

Charlie es un querendón del pueblo puertorriqueño, ya que representa a este primo bruto que se pasa en chancletas hasta pa’ ir al mall, y del que no esperas mucho, pero al final siempre te sorprende con sus alocadas hazañas. Al ver a Charlie correr motora sin protección, uno confirma que la Teoría de Darwin es una mierda, y que eso de la selección natural no es otra mentira más de los hombres que niegan la existencia de Cristo… porque Dios sí tiene sus favoritos.

Jenniffer González

Honestamente, no quería poner en esta lista a un político, ya que son figuras polarizantes, pero con JGo había que hacer una excepción. Jenniffer -quien en sus días libres como Comisionada Residente de Washington sirve como molde de vasos a los que le meten mofongo con spicy crab-, lleva como veinte años siendo parte de diferentes administraciones gubernamentales, aunque ahora se presente como “La nueva cara de la política”. Yo era uno de los que pensaba que en las primarias del PNP prevalecería Pedro Pierluisi, no solo por su gracioso impedimento al bailar que se ganó los corazones de los donantes de Guaynabo, sino porque levanta menos emociones que una gallina de palo durmiendo, pero la chica de dientes ocultos se las arregló para convencer al pueblo de “la isla” -entre esa gente estaban líderes comunitarios como “Pedalín” en Corozal- y prometerles que Puerto Rico sería un lugar mejor si los Can-Ams, los fourtracks y los caballos tuviesen tablillas.

Jenniffer es tan del pueblo que su campaña la corrió usando el dinero de un perfil de Only Fans -donde su marido Jovín mostraba los senos-, se encaramó en diferentes máquinas y vehículos para demostrar que sabía guiar standard y hasta consiguió unos infantes en Temu porque quería dejarle saber al pueblo que ella realizaba sus compras en el mismo sitió que los votantes que cobran el mínimo federal.

Posiblemente, JGo sea nuestra próxima primer mandataria, y sabemos que no traerá muchas cosas positivas (si nos dejamos llevar por su resumé de ocho años en los que se destacó repartiéndole café y llevándole donas a los congresistas), pero al menos le dará al pueblo lo que que este quiere: bailes en tarima sin motivo alguno -como una vez hizo Pedro Rosselló-, ideas sin pies ni cabeza, muchas fotos familiares y reels en los que los bebés harán tutoriales enseñándonos a preparar arroz chino.

Maripily

Es innegable la influencia de María del Pilar en la cultura boricua. La brutalidad de la Ponceña fue tan famosa que sustituyó los chistes de los dominicanos, pero nunca imaginamos que se convertiría en algún tipo de Tito Trinidad sin skills. Maripily ha sido una destacada modelo, animadora, influencer, cantante, emprendedora de ropa interior y máxima vendedora de ejemplares de Primera Hora cuando el rotativo tenía la sección de “El Bombón de ASÍ”, pa’ los tiempos en que GFR Media no le molestaba mostrar chamacas en gistro por la suma de una peseta.

Pa’ mí Maripily es un ejemplo de que se puede salir de la clase media baja con tres onzas de carisma, y tengo que dársela porque a pesar de que tiene unos cuatro mimes haciendo el trabajo de cargar las neuronas, la galla le ha metido c*j*nes y siempre se sale con la suya.

Yo sé que ahora Pilar es una protegida por aquellos que no rinden planillas y que usaron el PUA para comprar lanchas, también sé que me dirán la trillada respuesta de que “pero tiene chavos”, como si eso fuera la panacea al mal de la gente bruta. Hay que decir que la ex Miss Peñuelas Petite representa a esos puertorros que salen de una urba clase mediera, se mudan a los Miamis, y creen que por tener un apartamentito más grande que donde se criaron, son mejores que aquellos que están fajándose día a día por lo suyo, pero que carecen de lujos.

Kriss du Cecile

Tengo que decir que el señor Christian Cecilio me cae c*brón. Recuerdo que en el show de “La Burbu versus Molusco”, me topé con él en segunda fila, ya que allí estábamos los que teníamos taquillas regaladas. Casi me tropiezo por sus Air Force blancas size catorce, y por poco le viro la Medalla en sus peludos muslos, pero pude reponerme rápidamente. Kriss es un arlequín urbano que está en todos lados, y genuinamente creo que los únicos seres que tienen ese nivel de omnipresencia lo son Dios en la Tierra, Markito en festivales donde le regalan la comida y Pamela Noa en Cheesecake Factory. Para mí Kriss es ese personaje extraño que se lambe la arepa, trabaja por lo suyo, mete hasta los güev*s por un sueño, y llega al valet parking con el humilde carrito, sin aire y con la aguja en empty, pero con el mismo piquete de Jordan al ganar un campeonato.

Kriss es el boricua que -como ustedes- hace lo que sea para echar pa’ lante, aunque tengan que inventarse un GoFundMe o mostrar las nalgas en Only Fans. Kriss, Valerie Raquiti y Guzabra son esas personas pueblerinas, que terminaron a duras penas el cuarto año y que creen que Denny’s es un restaurante fino, pero a la misma vez nos mostraron que solo hay que pedir dinero sin moral ni vergüenza alguna, y si la gente te lo da, pues eso es problema del desprendido. Si este personaje sin género fuera un animal, sin duda alguna sería el GANSO. Kriss no solo representa al boricua canchanchán, sino que también simboliza a la mujer promedio que se sobremaquilla para “tapar sus imperfecciones”, y termina luciendo como Remi.

La Comay

¿Realmente yo tengo que explicar la razón del por qué la máxima creación de Kobbo nos une como pueblo? La Comay somos todos nosotros: en los chats de WhatsApp con nuestras amistades, en esa conversación de pasillo en el trabajo fabricando chismes sobre un compañero de trabajo, en la fila del supermercado oyendo un chisme que no te compete, o en esa fiesta familiar hablando pestes del primo que no va a llegar. Pe Erre es bochinchero, cafre y embustero… y por eso figuras como La Comay nos definen como pueblo.

Sobrinitos, les recuerdo que no hay ejercicio más fructífero que mirarse al espejo, analizar nuestras fallas, comprender lo que somos, y así podremos enderezar por dónde fallamos. Si celebramos las victorias como un solo pueblo, también tenemos que meter mano con las cosas que no son tan bonitas.

Y cuando te pregunten la razón por la que quieres tanto a tu pintoresca Patria, no olvides responder “porque me lo dijo Tío”. 🦍😉

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