Llegó mayo, el mes nacional de la radio en Puerto Rico, ese medio que alguna vez la televisión pensó que iba a reemplazar, al punto que mandaron a las figuras más sosas y estéticas para invadir las ondas radiales. Milagrosamente, en el 2024 aún la radio está vigente, supera lo superficial de la televisión gracias al carisma y la fealdad de sus locutores, y es el medio que mejor se adaptó a la llegada del Internet. Ajá, la TV con su power nunca pudo con la radio, que tenía menos recursos… esto es historia, pana mío.
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Pero como en todo en los medios tradicionales, lo que sí perdió la radio es su esencia de la joda, la improvisación y las llamadas del público que servían como punchline para irse a los anuncios. Oye, todos sabemos que muchas de esas llamadas eran montás, pero no importa, porque esto es como la lucha libre: nos la vivimos igual, aún sabiendo que es un embuste.
La realidad es que extrañamos aquellos tiempos de la buena radio, esa que no tenía miedo a decir los chistes más impropios, aunque llegaran los artistas a ofrecer bofetás a la cabina, y sin miedo a que los cancelaran… porque la receta del fracaso es hacer las cosas aguás y blandengues pa’ quedar bien con todo el mundo. Hoy en El Calce le vamos a rendir tributo a “lo menos flojito” que queda en la radio.
El Circo de la Mega
Hay que comenzar por los papás de esto: el Gangster y Funky Joe son los dueños de la radio en Pe Erre… y esto no es una opinión, sino un fokin dato. Cuando salieron de El Bayú de Salsoul montaron aquella histórica campaña publicitaria de “¿Pa’ dónde van?” que se apoderó de todos los billboards de la isla. Ustedes quizás lo olvidaron, pero eso fue un evento porque la cara de la emisora más cafre de la isla perdía a sus figuras principales, y nadie sabía qué estaba pasando. Si tú crees que eso que hizo Molusco es algo nuevo, tienes que seguir leyendo esto, menoL, pa’ que te eduques. Así fue como nació El Circo de la Mega, el primer programa que se transmitía por radio, televisión e internet al mismo tiempo; hasta por palomas mensajeras te llegaba la sección de nuestro culón amigo El Nalgorazzi. En el 2009, esta gente ya tenían un estudio con cámaras de televisión para transmitir su programa, algo que hoy la mayoría de los programas de radio hacen y piensan que están bien alante.
Muchos segmentos de este programa radial pasaron a la historia, y uno de esos fue “El Trovatón”, donde muchos exponentes del género demostraron que son pésimos improvisando, especialmente Don Chezina, a quien un trovador barrió, escupió y humilló ante los veinte disparates que dijo el rapero trujillano, quien pensó que un punchline era decir “siguirimara in your cara”.
Hubo un tiempo que el junte de “El Güimo” y “El Nalgorazzi” eran el terror de “La Comay”, ya que salían a la siete de la mañana y le madrugaban las exclusivas al “Patrón del Chisme” -y a todos los bochincheros colegas-, y de ahí salió la famosa frase “picando alante” que Fernan Vélez se tatuó en el coxis. Múltiples figuras salieron de este programa, como Che, Natalia Lugo y Jay Fonseca, a quien Funky Joe le cogió pena por la pollina/cerquillo que delataba que era de San Lorenzo y le dio trabajo por menos del mínimo federal. Aquí fue que Jay se creció, andaba más alzao que un gallito en los montes de Jagual y protagonizó una discusión sin sentido de quince minutos con El Guitarreño, luego de que el fenecido senador Antonio “El Chuchin” Soto le negara una entrevista porque al político no le gustaban las preguntas difíciles. Hoy El Circo ha sufrido más bajas que la milicia de Ucrania, pero aún tienen a quienes de verdad son los protagonistas de esta nota, Antonio y Joe. Esta gente se conoce hace tantos años que aún cuando Tony está haciendo el programa desde Miami no ha perdido la química con su eterno compañero con risa de asmático. Esto casi se convirtió en un homenaje a El Circo, vamos con los demás programas. ‘Pera, antes de irnos al otro programa, quiero decir que Funky es un genio que raya en lo maligno, y Tony es el villano que todos amamos. Tony es Iron Man, pero Funky es fokin Magneto.
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El Despelote
El Despelote es la creación de una de las mentes más brillantes de la radio local: el maestro Billy Fourquet. El ilustre Ponceño se juntó con dos loquitos del área Este -apodados como Rocky The Kid y Tony Banana- para hacer uno de los programas más c*brones de todos los tiempos. Coro, solo piensen en “Radio Quejas”, “El llena blancos bulero” y “Los Moteluscos” fueron de lo mejor de este programa. Sí, la gente llamaba para hablar sobre sus aventuras en los moteles de la isla, específicamente en esos que servían carne frita de mala calidad.
El destino ha sido bastante bueno con este programa -y hay que sumarle lo fajón que fue Roque en seguir echando eso pa’ lante- que al añadir a Angelique Burgos le dio un segundo aire; Burbu es una de esas seres humanas que cae pará donde quiera, la cacatúa se adaptó al formato del programa bien rápido, pero dándole un toque distinto, como el de esa pentecostal cool que usa falda de mahón con tenis Reebok blancas. Aunque nos hace mucha falta Billy, el programa sigue siendo de lo mejorcito que tiene la radio, si no el único programa vigente -junto con El Circo- que queda en la industria.
PD: Que hubiera sido si Robert Fantacuca aceptaba la oferta de integrarse a El Despelote para revivir Radio Quejas con Rocky… pa’ nosotros en El Calce eso hubiese estado bien cabr*n.
El Mega Reguero
Para muchos, Danilo Beauchamp y Alejandro Gil tienen la misma gracia que el funeral de un niño ahogado; pero para ser honestos, cuando vamos al resto de lo que queda en la radio en Puerto Rico, estos dos están haciendo un buen trabajo. Ok, coro, Alejandro Gil es bien ‘annoying’… él es como si “The Mask” tuviese una vida medianamente normal, pero tiene buena química con el pesetero de Danilo. Vamos a explicar algo rapidito: Danilo es pana, pero es como ese amigo que tiene chavitos, y el cabrón se te escapa cuando le toca pagar el round. Desde que comenzaron en La Nueva 94 siguieron el formato de vacilón de radio FM, y no la misma línea de otros programas que se pusieron a analizar política sin saber de lo que hablaban, a gritarle al micrófono por cualquier sanganá que pasara en el país, y con un discurso populista y llanito de decirle al país cómo es que tienen que vivir. ¿Alguien mencionó a Molusco? ¿No? ¿Nadie?...seguimos.
En una ocasión, al “inquerido” de Alejandro por poco lo cancelan por decir que todos los camarógrafos son unos mariguaneros, algo que nos dio la esperanza de que aún en radio hay gente que se atreve a decir chistes (sí, gente fue solo un simple chiste) sin miedo a que medio país se ofenda. Igual, unos cuantos se llevaron sus palabras pa’l pecho, pero esa bobería no pasó a mayores. Lo único malo aquí es que Xavier Danilo -su nombre de pila- se ofende cuando le escribimos cositas con cariño en El Calce porque es un medio chismito, así que no lo vamos a mencionar aquí.
Temprano en la Mañana con Rubén Sánchez
Escuchar las emisoras AM en las mañanas es un ejercicio de masoquismo, especialmente cuando sintonizas a Rubén Sánchez y su combo desde las 6:00 a.m. Este programa tiene una extraña combinación de la amargura y coraje de Rubén, a los mensajes positivos de Janet Pérez Brito, quien nunca en su vida nos ha evitado un tapón porque la necia siempre dice el mismo libreto de los OBVIOS lugares donde hay tapón, pero nos causa una mezcla entre vergüenza ajena y paz con sus alabanzas y canciones de bendiciones mañaneras.
Rubén -quien con el pasar del tiempo está más incordio que Pedro Julio un wikén en la parada-, te puede hacer enojar con sus descargas en la mañana, hasta ponernos en una posición bien incómoda, como cuando le preguntó a la Secretaria de Educación sobre porqué se le marcaban las venas. Este locutor es una de las personas más extrañas del mundo… y lo tenemos en Pe Erre, cada día, diciendo locuras frente al micrófono.
Whats Up de La Nueva 94
Contrario a todos los pronósticos, Jacky Fontánez y Omar López “El Quicky” han sobrevivido ya seis años al aire, gracias a que salieron a tiempo de Joshua Pauta, el influencer con problemas del habla, quien no sabía ni leer una mención al aire.
Actualmente, Jacky y Quicky están al mediodía, pues querían evitar la peste a ron con la que llegaba Alejandro Gil a la emisora en las tardes. El programa lleva añitos manteniendo su dinámica al aire, y puedes escucharlo para evitar los chistes mongos de Alex Díaz al mediodía en KQ 105.
Alex Díaz por Amós Morales
Puerto Rico pasó de tener los mensajes positivos de Amós Morales a los incomprensibles chistes de Alex Díaz entremedio de las canciones del bloque del mediodía en KQ 105. Amós ahora está en Fidelity, que tiene un formato de baladas de señoras con resequedad vaginal, y extrañamos cuando nos hacía una moraleja de la canción más simple de Sie7e, como si se tratara de una profunda moraleja bíblica.
Jay Fonseca al Mediodía
Si en las mañanas te amargas con Rubén Sánchez, prepárate para que el almuerzo te caiga como limón en los ojos con Jay al mediodía. Josué tiene la capacidad de amargarte hasta el día de tu cumpleaños, porque mientras tú sonríes...NOS ROBAN EL PAÍS. Ahora Jay está llevando unos invitados que odian la vida mucho más que él, tanto así que escuchar este programa por quince minutitos dan ganas de mudarse a la franja de Gaza, porque allí hay menos problemas que en Pe Erre, según el tetoncito del barrio Jagual.
A la radio le queda mucho tiempo, el huracán María lo demostró… eso sí, tienen que arriesgarse a hacer algo distinto si quieren volver a hacer algo duro -como en su época de gloria-, o si no van a estar condenados al mismo destino de la televisión, que murió por no atrever a renovarse.
Oye, ustedes se imaginan algo así: José Valiente en los controles y figura principal de un show radial, el Señor Zeta en la producción y segunda voz, y una nena que le meta bien cabr*n, sin los estereotipos zánganos de la air head bimbo en la radio vieja. ¿Eso estaría chévere, verdad? ¿Qué creen? Na’, pero esa gente de la radio no se atreve, y si no se mueven, ya vamos a saber cómo va a ser su destino. El próximo año, esta nota va a ser más corta… háganos caso.🦍😉
Nota de transparencia: en este artículo, obviamente Tío Maceta metió un poco el de’o.