Jarana

Maripily: una galla OG de Pe Erre

¡Saludos, sobrinitos! Siéntense y presten atención, que tu Tío favorito va a darles una clase de historia.

Maripily Rivera.
Maripily Rivera. Maripily Rivera.

Amiguitos, hoy hablaremos de una importantísima Ponceña, que fácilmente lleva como veinticinco años presente en la industria del entretenimiento y haciendo lo que pocos han podido: mantenerse relevante en diferentes décadas. O sea, Maripily tiene más años apareciendo en titulares de revistas y periódicos que el promedio de vida de los títeres de Llorens. La sureña con tez “color cartón mojado” -como dijo la mejor amiga de La Bebeshita- es, sin duda alguna, la persona menos talentosa que haya existido en los medios de comunicación; incluso, superando a Yeyé, el que solo sirve para estar parado en “Raymond y sus amigos”.

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Mi historia con María del Pilar Rivera Borrero comenzó en la “Ciudad Señorial” a finales de los noventa, cuando yo estaba en noveno grado. La calurosa tarde de un sábado fui a buscar una camisa en JCPenney de Plaza del Caribe; mi mai estaba pelá e iba a pagarla con la tarjeta de crédito de la tienda. Busqué un rato entre las blusas masculinas, y me acerqué a esta linda empleada para preguntarle cuál camisa era más bonita, ya que confiaba más en el juicio de una extraña que en los gustos de la mujer que me parió.

Maripily -quien para ese entonces tenía los mullidos cachetes de una chica criada con Kresto y galletas Bimbo-, se acercó a mí con una camisa azul marino con flores blancas. Quiero aclarar que en ese tiempo estaban de moda las camisas hawaianas. Yo tenía unos quince años, y al verla sonreír y decirme “esta va contigo, te va a quedar bien chula”, hice lo que ningún hombre ha hecho en su vida: confiar en Maripily.

Me llevé la prenda de vestir y llegué en pon al party de una amiga en la casa de sus padres, y cuando entré a la sala lo primero que vi fue al papá de la cumpleañera con la misma camisa que yo. Cuando eres adolescente no hay nada más vergonzoso que ser pobre y tener la misma ropa que un anciano de cuarenta y cinco años. Le pregunté al señor dónde consiguió la camisa y me dijo: “la compré en Penny, me la vendió la muchacha que sale en No Te Duermas”.

Esa noche salí de la casa unos minutos para reponerme, miré la Luna y maldije el momento en que me topé con esa fokin vendedora; y así mismo me prometí no volver a confiar en una trigueña pelinegra, pues son tan embusteras como un reguetonero en una entrevista de Chente. Poco a poco sané la herida, y vi a María del Pilar aparecer en el programa número uno de la isla -donde era la chica que siempre estaba encaramá en un jetski-, hasta cruzar el charco y llegar a la televisión de Miami.

Pilar estuvo un breve periodo en el famoso ‘late show’, y partió para tomar otros retos, como ser animadora con Héctor Marcano en un “programa familiar”, aún cuando no podía ni pronunciar bien las palabras. Pa’ aquellos tiempos aparecía en el “Bombón de ASÍ” de Primera Hora (antes ese periódico vendía carne en vez de noticias) y esos eran los ejemplares con más demanda; luego las revistas VEA y Teve Guía hicieron lo mismo, y Maripily aparecía todas las semanas en las portadas de los magacines. A mí no me importa si alguien cree lo contrario, pero Maripily fue un fenómeno. Ahora mismo hay un montón de chamacas subiendo fotos a Instagram intentando irse viral y fracasando miserablemente en el intento, y Maripily en aquellos tiempos tenía esa “viralidad” semanalmente en un mundo que era más lento, y además cobraba por eso.

Recuerdo que la trigueña -quien tiene la voz del Gallo Claudio- era “la cherry” de La Comay, pa’l ‘season’ cuando era madre soltera porque Joito la dejó por otra, y su hijo Joe Joe era el único bebé que usaba gabanes en Puerto Rico. De hecho, despiadados personajes del Internet como Gazoo Starr decían que “el verdadero padre de Joe Joe era el locutor Piolín Sotelo” y apodaban al menor como “Álvaro Torres” 🙂. Los programas de farándula fueron inmisericordes con ella, pero Pilar no se rindió, y se convirtió en la primera MILF de la isla al aparecer en un reportaje (les doy una clave y adivinen el nombre del medio: Pe acHe) con el menor echándole loción de bronceado en las nalgas y sonriendo ante la cámara.

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Quizás ustedes son muy jóvenes, pero a principios de los dosmiles surgieron un fracatán de modelos, y los medios se nutrían de “quién iba a ser la próxima airhead bimbo que pudieran explotar”. ¿Ustedes saben qué hizo Maripily? Utilizó su sexualidad como herramienta, y mientras Glerysbet lo daba todo recogiendo la peseta en NTD por una ronda de aplausos, Pilar estaba haciendo la misma pose para conseguir sus ambiciosas metas en otros escenarios… porque seamos honestos: cuando vamos por nuestros goals, la moralidad se puede ir al carajo. Las guerras son para ganarlas, y Pilar nació como una guerrera BEN DEC IDA.

La tildaron de bruta, de yegua, y de cabra que tiraba pa’l monte; fue blanco de bromas recurrentes sobre su intelecto, y su famosa estupidez sustituyó los chistes de dominicanos que tanto abundaban. Mientras más hablaban de ella, más pegá estaba, y fue la primera que no se puso a llorar, sino a facturar. Los medios la necesitaban, y ella lo sabía, así que le sacó el dinero como un drug dealer que le suministra su veneno a un tecato. Maripily tiene que ser una de las mujeres más disciplinadas en este lado de Occidente, yéndose a los palos con Kobe Bryant y Daddy Yankee, porque esa consistencia y éxito no es meramente un golpe de suerte. Sin cargar con un súper talento, piensen cuándo fue la última vez que estuvo apagá… ajá, no existe ese momento. ¿Cómo carajo lo ha hecho? Yo no tengo la respuesta y ustedes tampoco.

Fui un acérrimo crítico de Pilar en mi época de hater, para mí representaba lo banal de los medios, y hasta me dio block en las redes por escribir que “la distancia entre teta y teta era como un viaje de Rincón a Luquillo” durante los buenos tiempos de Twitter. Al empezar a trabajar en la industria del entretenimiento, me di cuenta que a veces no se aprecia el trabajo que hacen personas como ella. Como si el destino me hubiese puesto una trampa, en el 2015-2016 me tocó entrevistar a Maripily con el problemático de Jonathan Lebrón; esa tarde de verano Pilar llegó y saludó a toda la redacción de Metro uno a uno, luego de tener un extenso día de media tour.

Recuerdo que en la entrevista nos cogió las cabezas a J-Low y a mí, y las puso en sus enormes senos de cemento, replicando una extraña escena tipo Brazzers… y hasta creo que por primera vez sentí miedo. Tú ponle una cámara al frente de Pilar y se convierte en la persona más segura del mundo, y aunque pensaba que iba a ser bien tonta y enemita, fue súper chévere con nosotros. Yo tenía una idea de ella errónea, la que vendían los medios, pero me di cuenta que estaba equivoca’o.

No me atreví a decirle la anécdota de la camisa que me vendió en mi adolescencia, y qué carajo, tenía el olor de su teta en mi oreja, así que no tuve más opción que darle mis respetos. Luego la vi saludar una vez más a todos los periodistas, artistas gráficos, vendedores, y hasta abrazó la fuente de agua, para despedirse y darle las gracias a todos. Esa tarde yo dejé de pensar en aquella loquita que salía en las revistas con titulares como “Maripily va al hospital al caerle sopa en los muslos” y vi a una profesional que, sin ser “la mejor”, es una de las más trabajadoras. Al salir de la redacción, Maripily subió toda una sesión de fotos a Instagram con el coro del periódico agradeciendo el trato, incluyendo a este tipo al que tenía bloqueado en sus redes sociales🤫.

Maripily lleva años cargando mil epítetos, hemos dicho que es “bruta de a vicio”, y que “su éxito se lo debe a los millones que le dejó Roberto Alomar”, cuando la historia ha demostrado que no es ganar mucho dinero, es saber administrarlo… y ella lo ha hecho muy bien. Como dijo en “La Casa de los Famosos”: “con esos 200 mil yo me compro los últimos Kotex antes de la menopausia”, para burlarse de sus colegas, quienes sí necesitan el ‘money’. Pilar aún está en el ojo público, no por los chavitos, sino porque le gusta… y porque puede.

La Ponceña debe estar en el mismo nivel de admiración que Ednita Nazario, Isabel La Negra y Ruth Fernández. Les guste o no: Maripily lo hizo, a su manera alcanzó el éxito. Y cuando creíamos que habíamos visto todo de ella, ahora también sacó a pasear su verdadero yo: la mamá gallina que no tiene miedo, la bichota de la casa. María del Pilar ha tenido una redención ante la masa, gracias a “La Casa de los Famosos”, el programa favorito de los que comen Chef Boyardee con arroz blanco. Esta fogosa hembra que menstrua lava ha sacado la cría boricua ante un montón de bambalanes, no se la deja montar de nadie, y amenazó a sus compañeras con “sacarse el tampón pa’ tirárselos en la espalda si se ponen brutas”. Yo soy fanático de las mujeres fuertes, de las leonas que no se dejan intimidar con la selva, de las que patean el dron de basura pa’ establecer un punto, así que cómo no voy a admirar a esta cacica borinqueña.

Maripily ahora mismo es como ‘New York’ en el reality dosmilero “Flavor of Love”: una villana amada. Yo me atrevo a decir que es como Barbie: ha tenido mil oficios, en todos es inexperta, pero nunca falla. A pesar de que yo no confiaría en Maripily para que velara a unos hot dogs hirviendo, me sorprende con alegría que haya criado a su hijo tan bien, muchí$imo mejor que “las inteligentes” que se burlaban de ella.

Miss Peñuelas Petite 1995 vino desde la clase media de Ponce, y sin palas llegó a los medios de comunicación; comenzó siendo obrera del gistro, hizo las movidas para alcanzar sus metas, se aventuró -sin miedo o con él-, ignoró las críticas y no se desenfocó. Se hizo la tonta, nos cogió de pendejos, y nosotros pensábamos que el chiste era ella… al final, Maripily tuvo la última risa.

Pilar, nunca estarás en las filas del cuadro de honor en COPU ni en la pared de famositos que adorna la Escuela de Comunicación en tu casi alma máter Sagrado, pero sí tienes el RESPETO de un pueblo por ser una fajona que no se deja NeveL. Ahora cuando me pregunten de dónde vengo, puedo decir que soy de la tierra de Agüeybaná El Bravo y Maripily La Juracana.

Pe Erre, esta es otra de tus orgullosas gallas criadas y forjadas en el calentón. 🫡✊ #RESPECT

Y si quieres aprender más de nuestros nuevos próceres y heroínas de la farándula, tienes que escuchar Siempre es Lunes, el podcast más irresponsable, pero con la información que necesitas saber.

Siempre es Lunes
Siempre es Lunes

PD: en el próximo escrito hablaremos de Héctor DePlaymaker, un gritón con inteligencia promedio, cero manejo de emociones y mucha suerte. Agárrense las pelucas que Tío Mace volvió a El Calce… y vine a saldar todas las deudas. 🦍

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