Fabulosas fábulas de ficción

La noche que LeBron James se perdió en Bayamón

LeBron James no sabía lo que era un “árbitro cabrón”.

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LeBron James en el partido entre los Gigantes de Carolina y los Vaqueros de Bayamón (Instagram/@BSN)

No, no fue un sueño. LeBron James el mejor jugador de la NBA (aunque a muchos les duela) estuvo presente en el juego de los Vaqueros de Bayamón y los Gigantes de Carolina anoche en el Coliseo Rubén Rodríguez, lugar que no veía una superestrella de ese calibre desde Ric Flair llegó a repartirse las bofetadas más lentas de la historia con Carlitos Colón el año pasado.

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Es más, Bayamón no veía una estrella así desde que Madonna se pasó la bandera de Puerto Rico por la pájara en el Juan Ramón Loubriel hace 30 años. Pero esta vez nadie nos faltó el respeto, LeBron quien NO es nieto de Juan Manuel Lebrón, se sentó tranquilo a darse par de palitos con Yadier Molina en el courtside de la cancha Vaquera.

Yadier no tenía sus semillas por lo que no estaba tan ansioso y pudo tener una conversación con su amigo LeBdon. -No, no es un typo es el frenillo de Yadier-

Dicen que LeBron quería experimentar lo que era un juego del BSN luego de escuchar de la voz de Phil Jackson que en Pe Erre hasta se formaban tiroteos en los juegos, pero agraciadamente eso no pasó aunque fuera un duelo de Carolina y Bayamón.

Además, de cazar talentos que lo ayudaran a ganar su último campeonato en la NBA antes del retiro. LeBron sabe que lo que le hace falta es un jugador del BSN con la agalla de enfrentarse a cualquiera en la NBA luego de haberse probado en el calentón de la liga local.

Contrario a un juego de la NBA, el BSN tiene cosas más interesantes, el oriundo de Ohio no sabía lo que era una buena empanadilla y que los bayamonenses gritaran “árbitro cabrón”, algo que en su cancha local Bad Bunny ha intentado hacer pero se arriesga a perder el canto que le da Kendall por cafre.

LeBron también quedó sorprendido por la cantidad de poemas que hace el animador conocido como “El Látigo” en la cancha de los Vaqueros para motivar a su ruda fanaticada. Suerte, que no fue a Carolina a ver cómo Aniel Rosario corre toda la cancha, ahí si que se asustaba.

Al final, la visita de LeBron no fue tan positiva porque como le ha pasado en sus últimas temporadas en la NBA saló a los Vaqueros.

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