Recientemente llegó a los cines Creed III, la nueva película basada en el personaje Adonis Creed de Rocky protagonizada otra vez por Michael B. Jordan, quien en esta oportunidad también hizo las veces de director, su debut detrás de las cámaras y bajo un rol en el que tiene mucha ambición.
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Claro está que la ambición no es más que eso si no se materializa y el actor y cineasta ahora imagina su futuro como cineasta, quizás en un live-action de Dragon Ball Z, el legendario anime.
Como recuerda un reporte publicado en el sitio web de The Digital Fix, Jordan ha sido abierto sobre su amor por Akira, una de las mejores películas de anime y cómo inspiró sus cortos en Creed 3.
Sobre la posibilidad de dirigir una película de Dragon Ball Z en una entrevista con Nerdist, el intérprete expresó: “Me encantan los desafíos y ese sería probablemente el último desafío”.
“Creo que es casi como un catch-22. ¿Quién va a ser el primero al que realmente le guste tirar los dados y probarlo de una manera real?”, continuó, refiriéndose a las presiones de hacer bien la adaptación de la serie de anime favorita de los fanáticos.
El fracaso de Dragon Ball en el cine live-action
Dragon Ball es uno de los mangas más míticos de la historia, convirtiéndose en uno de los animés más aclamado del público. Sin embargo, algo con lo que no ha podido contar es con una adaptación live-action digna de la obra de Akira Toriyama.
En el ya lejano 2009, a Big Screen Productions, 20th Century Fox, con la dirección de James Wong, la producción de Stephen Chow y el guion de Ben Ramsey, se le ocurrió lanzar a los cines Dragon Ball Evolution, el único y lamentable filme live-action de Dragon Ball. Repudiado, odiado y detestado por los seguidores.
Quizás Michael B. Jordan cumpla en el futuro con el sueño del fandom y no tengamos que quedarnos con el recuerdo de Justin Chatwin como Goku.