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El voleibol como vehículo para conocer el mundo

María Pérez es una estudiante puertorriqueña de navegación que también ha dejado su huella como voleibolista.

maria

El voleibol le permitió a María Pérez irse a estudiar a los Estados Unidos y descubrir que la navegación era su pasión. María quería ser bióloga marina, pero a pesar de que nunca se había adentrado al mundo de los botes, cuando llegó a la Maine Maritime Academy reconoció que en ellos había un mundo por descubrir.

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La costa este de los Estados Unidos motivó a María a comenzar un bachillerato en tecnología de operaciones de embarcaciones y hoy la boricua está a punto de conseguir una licencia que le permitirá manejar botes o barcos entre 200 y 1,600 toneladas.

María llegó a ocupar un puesto como libero en el sexteto de voleibol de la academia donde cursa su cuarto año, pero su sueño ha trascendido al punto de que al presente su objetivo es darle la vuelta al mundo navegando.

“Todo comenzó subiendo unos videos míos jugando, para buscar una universidad en los Estados Unidos. Mi coach de Maine se comunicó conmigo y me dijo que le gustaba mi juego. Cuando fui a Maine, me encantó. Hoy estoy a punto de conseguir mi licencia y sueño con tener mi bote y darle la vuelta al mundo”.

María juega en la Conferencia del Atlántico Norte (NAC, por sus siglas en inglés), una conferencia afiliada a la División III de la NCAA. Su equipo ha sido dueño y señor de la conferencia y ella ha sido nombrada Jugadora Defensiva del Año en los últimos tres años (2016-18).

En la temporada en curso María se apresta a conseguir su cuarto título de conferencia con las Marineras de Maine y acaba de hacer historia en su institución, convirtiéndose en la líder histórica en defensas, con 1,538.

“Es super emocionante. Yo llegué aquí a estudiar y el éxito que he tenido en el voleibol nunca lo imagine. Es algo que me ha sorprendido mucho y que me pone bien contenta, porque se combinan ambas cosas, el deporte y lo académico”, dijo.

Hasta la fecha, María no ha recibido acercamientos de ningún equipo para jugar a nivel superior. Tampoco ha recibido invitaciones para probarse en los programas nacionales de Puerto Rico. Sin embargo, esta boricua está consciente de su prioridad en la vida.

“Aquí en Maine yo descubrí mi sueño. Con eso me siento muy bien. Nunca he recibido acercamiento para la selección nacional, pero si se da sería un honor. Por el momento, jugar voleibol acá es seguir adelantando mi meta de navegar el mundo”, aseguró.

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