Ya Edwin Díaz consiguió sus primeros dos rescates de 2019 con los Mets de Nueva York. Sin embargo, antes de enfiebrarnos con el melao de Sugar, es importante poner sobre la mesa el hecho de que el hijo del barrio Daguao de Naguabo va a paso histórico en la lomita de los suspiros.
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Díaz está comenzando su cuarto año en las Mayores; no obstante, cuando finalizó su tercera campaña en 2018, ya el boricua podía decir que contaba con más rescates que Mariano Rivera, Trevor Hoffman, Billy Wagner, Francisco Rodríguez y Éric Gagné en sus primeras cuatro temporadas.
El nuestro abrió el 2019 con 109 juegos salvados en su historial en uniforme de los Marineros de Seattle. Ese total supera los 98 rescates de Hoffman entre 1993 y 1996, los 84 de Mariano entre 1995 y 1998, los 62 de Wagner entre 1995 y 1998, así como la suma de 59 de Rodríguez entre 2002 y 2005, y el total de 52 que cumuló Gagné entre 1999 y 2002. Si contamos sus dos salvados del 2019, Sugar cuenta con 111 rescates.

“El paso de Sugar nunca se había visto antes en la historia de los lanzadores relevistas. Él ha tenido la ventaja de que, desde el principio, ha sido cerrador. Y se ha establecido así como el mejor cerrador de las Grandes Ligas hasta el momento”, le dijo a El Calce Edwin Feliciano, integrante del departamento de español de la Oficina del Comisionado de las Grandes Ligas.
Los detalles estadísticos de Sugar no son cáscara de coco. Primero, porque Mariano y Hoffman ya son inmortales del Salón de la Fama en Cooperstown. Segundo, porque Díaz también refleja un mejor porcentaje de ponches que el resto de los caballos.
Es decir, Sugar promedió un 38.8 % de ponches en sus primeros tres años en las Grandes Ligas, mientras Wagner (36.6 %), Rodríguez (32.2 %), Hoffman (26.2 %), Gagné (22.8 %) y Mariano (22.4 %) acumularon un promedio menor en sus primeros cuatro años repartiendo el bacalao ligamayorista. En total, desde 2016 hasta el presente, Sugar acumula 305 ponches, 48 menos que el total acumulado por Gagné (353) y Mariano (285) en sus primeras cuatro campañas en el Circo Grande.
“Esto dice mucho del paso histórico que lleva. No hay precedentes en cuanto a este impacto, a esta trayectoria. Sus proyecciones de cara al futuro son muy, pero muy buenas. Con el rendimiento actual, y si se mantiene saludable, podríamos estar hablando de, posiblemente, uno de los mejores cerradores de nuestra historia”, manifestó Feliciano.
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Curiosamente, los números de Sugar no se quedan ahí. Como buen gallito de pelea que es, el taponero gusta de imponer su dominio. En sus primeras tres temporadas, Sugar limitó la ofensiva de los contrarios a promedio de .187, el segundo promedio más bajo entre los nombres a los que hemos hecho alusión, debajo del .175 del venezolano Francisco Rodríguez.
“Estamos en una edad dorada de lanzadores boricuas en las Mayores con roles importantes. Presencia hemos tenido, pero tener a Sugar, a un José Berríos y a un Dereck Rodríguez es clase aparte. Sugar ya demostró que es el mejor cerrador, con sus 57 rescates del año pasado. Le toca probarse en la Liga Nacional y ya comenzó con dos salvados en sus primeras dos oportunidades. Además, Sugar es punta de lanza para que los Mets cumplan la meta de alcanzar la postemporada”, puntualizó.
Anoche, el boricua recibió la oportunidad de descansar, luego de realizar 29 lanzamientos y ponchar a tres bateadores con bases llenas ante los Marlins de Miami el lunes.