En tres y dos, con dos outs en la novena entrada… este cliché es la hipérbole que parece asomarse ahora, con el juego trancao’.
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La humanidad quiere hacer swing, lo que pasa es que el coronavirus es tremendo ‘pitcher’: está más difícil de batear que Marian en la Serie Mundial de aquellos Yanquis montao’s del ’98, los que se limpiaron en cuatro partidos a los Padres de San Diego, en la cúspide de una de las dinastías más poderosas del béisbol pagado.
Al menos se está descifrando algo de sus lanzamientos, solo que el serpentinero COVID-19 goza de un versátil brazo. Sigamos con el ejemplo del béisbol profesional y las Grandes Ligas. De hecho, la última vez que una crisis así de salud afectó el deporte del diamante fue poco más de una centuria atrás, con la pandemia del ‘Spanish Flu’, un tipo de influenza que se regó en las postrimerías del siglo XIX, y que en 1918, en medio de la Primera Guerra Mundial, arropó a Estados Unidos.
Claro, huelgas obrero-patronales detuvieron la acción dentro de las líneas de cal en 1981 y 1994, pero, como tal, es en 2020 cuando por vez primera la pelota profesional se ve detenida por una pandemia cuasi-apocalíptica.
“En el ’18, el Spanish flu dio duro, y cobró vidas de jugadores y árbitros, pero la temporada fue abreviada a 130 juegos debido a la Primera Guerra mundial, no a la pandemia”, subrayó el historiador Jorge Colón Delgado.
La primera bola de la temporada de Grandes Ligas (MLB) estaba pautada a lanzarse el 26 de marzo, pero la pretemporada se suspendió el 12 de ese mes. Después de que los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades recomendaron restringir las concentraciones de más de 50 personas por 8 semanas, MLB informó que no reanudaría actividades hasta, por lo menos, mediados de mayo.
No obstante, esta semana han surgido reportes de que la la oficina de MLB y el sindicato de peloteros discuten la posibilidad de llevar a los 30 equipos a la zona de Phoenix a jugar en estadios vacíos que corresponden a los complejos donde se realizan los partidos de entrenamientos primaverales.
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Personas con conocimiento del asunto le informaron a la agencia The Associated Press que ambas partes – la Asociación de Peloteros y MLB – sostienen conversaciones telefónicas sobre las opciones para iniciar la temporada, cuyo comienzo se postergó por la pandemia de coronavirus, informaron las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato debido a que no se han anunciado detalles.
MLB, sin embargo, señaló en declaraciones a los medios que “diligentemente” considera “numerosos planes de contingencia que permitirían poner en marcha los juegos”. Claro, todo esto sucederá “una vez que la situación de salud pública haya mejorado al punto que sea seguro hacerlo”, dijo la oficina del comisionado en un comunicado el martes.
“Si bien hemos analizado la idea de montar juegos en una ubicación como opción, aún no hemos tomado una decisión sobre esa opción o preparado un plan detallado”, indicó la liga de béisbol más poderosa del universo.
Bueno, la Oficina del Comisionado y la Asociación de Peloteros siempre pueden mirar a Corea del Sur, donde ya han practicado en estadios al aire libre usando equipo protector tras comenzar la pandemia.
Otra liga que ha recibido un corona-tapón es la NBA. De hecho, es en el baloncesto mejor pagado del mundo donde el papelón con el COVID-19 ha estado choreto. Empecemos con aquel infame partido entre los Jazz de Utah y los 76ers de Filadelfia, del que salieron varios positivos a coronavirus.
“Lo primero y más importante que quiero decir es pedir disculpas públicamente a las personas que he puesto en peligro. En el momento, no tenía idea de que estaba infectado. Fui irresponsable y no tengo excusa”, dijo el centro de los Jazz, Rudy Gobert, quien dos días antes de arrojar positivo al coronavirus, bromeaba sobre el asunto con periodistas, tocando sus grabadoras en son de mofa.
La NBA se encuentra a la espera de ver si cancela finalmente su torneo, el cual hasta ahora ha sido aplazado. Es que hay muchos chavos aquí envueltos: el contrato de televisión, con ESPN, ABC y TNT, le provee 2,400 millones de dólares por ingresos como taquilla, aparcamiento, derechos de televisiones locales y compra de productos, entre otros menesteres.
Tras la suspensión de la campaña, quedaban por jugarse 259 partidos de fase regular, que en cada uno se estiman que se ganen unos 2 millones de dólares y que en playoffs se incrementa un millón más en cada uno. Se estima que la NBA pudiese perder hasta 750 millones de dólares. Ante esta súbita crisis, la liga ha anunciado medidas extraordinarias, como bajarles el sueldo a los más altos ejecutivos. A la misma vez, los jugadores se encuentran en negociaciones para hacer lo mismo y contribuir a amortiguar la presumible caída.
Entonces, están los Juegos Olímpicos, que han sido pospuestos hasta 2021. La última vez que se cancelaron los Juegos Olímpicos fue en 1944 debido a la Segunda Guerra Mundial, y los juegos nunca se han retrasado hasta un año bajo los auspicios del COI, que se estableció en 1894. La justa olímpica de 1940 se pospuso inicialmente, pero luego fue cancelada.
“Los Juegos Olímpicos de Tokio no se cancelarán”, afirmó el primer ministro japonés Shinzo Abe el 24 de marzo pasado, tras concordar con el Comité Olímpico Internacional (COI) la posposición de la Olimpiada por aproximadamente un año debido al coronavirus.La FIFA brindará coordinación global con los organizadores de los torneos para que tengan flexibilidad para asegurar que sus temporadas truncadas por el coronavirus sufran el menor golpe financiero posible.
Mientras tanto, otro gigante económico del deporte hace también de tripas corazones para minimizar pérdidas. La Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) informó que encomendó a un task force el análisis del impacto de la pandemia para ampliar el periodo de transferencias, extender los contratos de los jugadores y así completar las temporadas suspendidas. También ha recomendado que se alcancen acuerdos para recortar los salarios. La UEFA ya tomó la decisión que las competiciones en Europa puedan continuar más allá del 30 de junio, fecha en la que vencen los contratos.
En Puerto Rico, se hace sentir la ausencia del Baloncesto Superior Nacional (BSN), cuya Junta de Gobierno sostuvo una reunión ayer por medio de teleconferencia en la que presentó una actualización de estatus a cada uno de los equipos participantes de la temporada 2020 sobre asuntos operacionales, financieros, legales y de medios durante la pausa.
Luego de haber recibido los informes financieros provistos por los equipos, se presentó a la Junta de Gobierno un escenario conjunto de proyecciones presupuestarias con una fecha tentativa de comienzo de temporada del 15 de agosto, con una pretemporada de tres (3) semanas, una vez concluya el estado de emergencia.
Esta pretemporada y eventual reanudación de la temporada 2020 – que comenzó a principios de marzo – contará con nuevos protocolos de seguridad que cumplirán con todos los requisitos del estado, en coordinación con el equipo médico que actualmente trabaja el asunto con el BSN. Estas proyecciones presupuestarias incluyen planes de protección y asistencia financiera que cobijan a pequeñas y medianas empresas, y que se han comenzado a gestionar para cada franquicia.
La pausa en la actividad deportiva, empero, ha servido para darse cuenta de una cosa.
“Esto ha demostrado lo importante de preservar la historia. Cuando no hay un presente hay que recurrir al pasado para mantenerse activo”, acentuó el historiador deportivo Colón Delgado, aludiendo al contenido al que los distintos medios masivos de comunicación especializados en deportes han tenido que recurrir en este tiempo muerto, lejos de la zafra deportiva.