OAKLAND, California, EE.UU. (AP) — Mark Kotsay comparó este momento con una Serie Mundial, aunque nunca participó en una como jugador o manager.
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Kotsay trató de contener las lágrimas, al igual que muchos otros el jueves, cuando los Atléticos de Oakland se despidieron emotivamente de su amado Coliseum al que han llamado hogar desde 1968, con todas sus peculiaridades como los problemas de plomería y las zarigüeyas en el campo, además de los gatos callejeros que vivían en el lugar y que inspiraron a Tony La Russa, miembro del Salón de la Fama, a formar parte de la Fundación de Rescate Animal.
Los Atléticos vencieron a los Rangers de Texas 3-2 y Kotsay tomó el micrófono después para agradecer a una multitud de 46,889 personas antes de encabezar un último cántico de ”¡Vamos Oakland!”
El antesalista Max Schuemann tomó una enorme bandera de los Atléticos y corrió enarbolándola por todo el campo, deteniéndose para ondearla frente a diferentes secciones.
Tanto los seguidores de toda la vida como los niños dejaron de lado el trabajo y la escuela para estar en la matiné final bajo un cielo azul de septiembre sin nubes. El último equipo de Oakland en pie, los Atléticos, siguen a los Raiders de la NFL y al equipo de baloncesto Golden State Warriors en la lista de equipos que han huido de la ciudad.
Desde los días en que Kotsay jugaba en los jardines y de la Serie Mundial interrumpida por el terremoto de 1989 cuando los Atléticos barrieron a los Gigantes, hasta José Canseco y Mark McGwire y esa racha especial de 20 victorias consecutivas de 2002, además de Tim Hudson, Mark Mulder y Barry Zito, el estadio ha albergado muchos momentos de gloria que han trascendido épocas y que abarcan estrellas de diferentes generaciones.
Cientos de fanáticos pasaron los últimos días caminando por la explanada y tomando fotos o videos. Buscaban capturar las imágenes y recuerdos que abarcan tantas décadas.
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Los Atléticos planean jugar los próximos tres años en Sacramento con la esperanza de abrir un nuevo estadio en Las Vegas antes de la temporada 2028.
“Gran día”, dijo Bochy, un ex receptor que guio a los Gigantes de San Francisco a los títulos de la Serie Mundial en 2010, 2012 y 2014. “Creo que fue un día memorable para mucha gente, pero para mí, es un poco triste porque amo este lugar, amo el campo y todo”.
Incluso sus jugadores entendieron la magnitud de decir adiós.
”Muchos estadios se han convertido menos en parques de béisbol y más en un producto de entretenimiento”, dijo el toletero Brent Rooker. “Lo que ofrece el Coliseum es: ‘Aquí hay solo un montón de asientos, aquí hay un campo y habrá un juego de béisbol’. Y eso era realmente genial”.