“In Trout we trust”. En español esto traduce a, Trout está bien ca… Bueno, por motivos de sentido común, no puedo utilizar el lenguaje que pensaba para este artículo.
Sin embargo, si tengo que quitarme el sombrero ante Charlie Trout. La Federación Puertorriqueña de Fútbol acertó al 100% en la firma de este coach británico, quien tiene una historia bastante peculiar.
Charlie, nacido en los suburbios de Nottingham, Inglaterra, llegó a Puerto Rico a comandar una selección que, en aquel momento, estaba en pañales. Éste rápidamente hizo click con los jugadores y ganó la confianza de todo el camerino. La comida y música boricua ayudaron mucho en el proceso, pues el coach Trout ha dejado claro en reiteradas ocasiones la importancia de hacer click con la cultura de un país y permitirle a sus jugadores ser ellos. Lo primero que tenemos que dejar claro en este artículo es que, si, Charlie Trout probó el mofongo, y le fascina.
Charlie logró lo que pocos dirigentes deportivos logran, levantar la moral de un equipo luego de una difícil derrota, brindarles una lección de vida y darles las herramientas para fortalecer sus debilidades. Trout es un amor de ser humano y siempre tiene una sonrisa en el rostro. Digo, hasta que el árbitro suena silbato. Parece casi una transformación de un personaje de lucha libre profesional. Sus expresiones faciales, tono de voz y gestos corporales dan un giro de 180 grados, convirtiéndolo en un tiburón en el campo de fútbol.
¿El equipo perdió contra Haití? No hay problema, todos tienen alguna derrota en algún punto, van a entrenar hasta duela. No como método de castigo, si no con la intención de reforzar a su escuadrón. Charlie gritaba, manoteaba y hasta respetuosamente cambiaba su expresión facial cada vez que había algún momento tenso en el partido o un roce con los árbitros. Sin embargo, Trout se mantuvo muy respetuoso y sólo habló maravillas del equipo de árbitros, incluso cuando medio Puerto Rico quería sus cabezas luego de la falta que le dieron a Wilfredo en el cuadro.
Michael Morales Torres tuvo la oportunidad de dialogar con Charlie Trout posterior al partido que terminó con Puerto Rico derrotando a Aruba 1-0. Trout se expresó sobre el arbitraje. Sin embargo, tomó un momento para apelar a la madurez, utilizando la frase que mi mamá me decía cada vez que metía la pata: “Todos cometemos errores”. A diferencia de mi vieja felicitando a una transeúnte en Ponce por su embarazo y obteniendo de respuesta “yo no estoy embarazada”, Trout apeló a la madurez de los jugadores y al sano espíritu de competencia deportiva.
Charlie Trout: “En el arbitraje tendrán buenas pitadas y malas pitadas. A través de esta travesía en estos seis partidos de Nation’s League, habrán decisiones en nuestra contra y decisiones (del arbitraje) a nuestro favor. Creo que ha habido un balance. No soy el tipo de coach que se sentará aquí a criticar el arbitraje, sin importar si pierdo una batalla en el proceso. Estos muchachos (árbitros) hacen un buen trabajo”.
“Creo que todos cometeremos errores. Yo he cometido errores como dirigente. Ellos (árbitros) han cometido errores. Lo importante es responder. No importa lo que ocurra, tienes que responder”.
“Eso es lo que creo que los jugadores hicieron. Continuaron su camino. Pudo haberlos frustrado, pero continuaron. Y como tú dijiste, un muy merecido y duro 1-0. Pero así es el fútbol. A veces solo debes tomarlo y continuar”.
En ocasiones, es mejor no cuestionar la vida y sus decisiones. No preguntes, sólo gózatelo como diría el buen Hugo Savinovich. El fútbol está en su mejor momento. Charlie Trout es el capitán del barco, y les aseguro, que más temprano que tarde, la embarcación llegará a la tierra prometida. Disfruten el recorrido.

