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¿Cuál es la fanaticada más INTENSA del BSN?

Hoy no vamos a hablar de estadísticas, vamos a hablar de los fanáticos más intensos del BSN

¿Cuál es la fanaticada más intensa del BSN?
¿Cuál es la fanaticada más intensa del BSN? (BSN)

Corillo, después de unos meses teniendo que lambernos la aburrida NBA con LeBron en su ‘season’ número cuatrocientos doce, una nueva temporada del Baloncesto Superior Nacional acaba de comenzar. El BSN no es una liga, es la religión con la que crecimos los nenes que no teníamos Cable TV en nuestra casa, y en la que nacieron LEYENDAS como Piculín, Casiano, Fico y Carlitos Arroyo en vez del jincho Larry Bird y el ególatra Michael Jordan.

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Hoy no vamos a convertirnos en el gritón de Héctor DePlaymaker para decir un bla, bla, bla sobre estadísticas, jugadas o sobre quién es el mejor jugador de la mejor liga del Caribe; como diría Marvel Boy desde su litera en la celda: “nou, nou, nouuu”. Vamos a hablar de la fanaticada del basket a nivel local, esos que van muy sosegados y disfrutan cordialmente en cada partido sin hacer mucho ruido...¡Embuste! Esta gente son capaces de todo por defender a sus respectivas aldeas, y hemos sido testigos de cómo vuelan las cervezas, frituras y hasta las sillas cuando algún árbitro pita una falta que no le guste al furioso fanático boricua.

Una vez más, vamos a meternos en problemas y con esto no pisaremos una cancha del BSN en buen tiempo porque nosotros somos atrevidos, pero también le tenemos terror a la muerte. Nos persignamos, y vamos pa’l tema que están esperando.

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¿Cuál es la fanaticada más intensa del BSN?

Gigantes de Carolina

Nada describe mejor la palabra intenso que el animador con cuatro pies de estatura Aniel Rosario corriendo todo el Coliseo Guillermo Angulo de Carolina, gritando como si tuviera un petardo en el fundillo y agitando a la fanaticada carolinense. Al menos Aniel hace su trabajo, a diferencia de Mario VI que no se levanta de la silla ni porque le ofrezcan un combo de carne frita. La gente de Carola es bien intensa y problemática, así que el equipo pensó que era una buena idea tirar un bombazo dentro de la cancha en las introducciones de los jugadores, un ruido tan majadero que puede matar del corazón a cualquier ser humano promedio, menos a la gente de Carolina que están acostumbrados a los tiros desde que nadaban en el vientre de mamá.

Los actuales campeones de la liga llevaban varios años sin equipo, pero tras su triunfo en el 2023, están bien jaquetones como si llevaran años dominando la liga… porque si hay algo peor que un ponceño lo es un carolinense. Solamente Willy Lengua, Falo y el luchador enmascarado del público piensan que este equipo repite nuevamente. Ya veremos…

Vaqueros de Bayamón

Esta es una de las franquicias más exitosas del BSN, y con una gran colección de trofeos debe tener el backup de una fanaticada intensa y sabemos que el corillo de Bayeta no se deja. Por diferentes décadas el Coliseo Rubén Rodríguez ha sido escenario de múltiples peleas entre fanáticos ebrios que no saben perder y que quedaron emocionalmente marcados por su limitado éxito en los “field day” de las escuelas. Un claro ejemplo de esto es la pelea que se formó en la temporada del 2021 cuando los Mets de Guaynabo roncaron dentro del rancho Vaquero y se llevaron tremenda prendía con mesas, pampers caga’os y sillas en el lobby del coliseo.

Su apoderado, Yadier Benjamín Molina, con su temible frenillo también representa a “la fuDia” del Vaquero-como diría Yadi-, especialmente en un juego de la temporada del 2022 cuando pateó el balón en una discusión contra los árbitros del partido.

Indios de Mayagüez

¿Que la gente del oeste es más tranquila? Eso es un mito que viene de la histórica docilidad taína, pero estos aborígenes modernos son bien diferentes. Los Indios de Mayagüez no tendrán mucho éxito en estos tiempos en la liga, pero hace unos años su mascota “Bompy” le metió las cabras a Pepe Plaza, la mascota de Bayamón, en un juego en cancha neutral en el Coliseo de Puerto Rico. Aunque parecía un chiste o una cartelera entre Gallo The Producer y Rey Charlie, la pelea fue real y hasta el dirigente Eddie Casiano -quien para esos tiempos estaba con los Indios sin flechas- se tuvo que meter a separar a las dos mascotas para evitar que la reyerta pasara a mayores y se retaran a un duelo frente a un Pizza Hut.

Mets de Guaynabo

Los Mets de Guaynabo no intimidan a nadie. Mucho menos cuando su grito de guerra es: “¡Viene Guaynabo, viene!” como si estuviesen cargando una nevera entre todos los miembros del pueblo. La verdad es que los fanáticos de Guaynabo solo van a los juegos para luego emborracharse con Tito’s en el Tablado, sin saber absolutamente nada de baloncesto. En este equipo también se refugian los fanáticos de los Cangrejeros cuando son eliminados, porque la realidad es que la mitad de la bancada de “Las Palancas” son guaynabitos que juran que si apoyan a Santurce “son calle”.

Cangrejeros de Santurce

Los Cangrejeros son los “Lakers” criollos. El motivo principal de asistir a los juegos del equipo de la capital es el faranduleo y los fanáticos de Bad Bunny compran taquillas con esperanzas de ver a su prócer desde las gradas o integrarse al corillo cachetero que lo acompaña a todos lados capitaneado por Marena Sofía. La fanaticada santurcina -impulsada por la bancada del podcast PPP- fueron los creadores del coro “paga la pensión” a Walter Hodge y ahora tienen que aplaudirle los canastos al armador con récord negativo en ASUME. Lo bueno de los fanáticos de Santurce es que ninguno sabe pelear al puño, ya que se criaron en colegios de Guaynabo donde por el mínimo contacto físico dan deméritos.

Atléticos de San Germán

Vamos ahora con quienes -sin fokin duda alguna- son los fanáticos más intensos de la liga. Liderados por Eddie Casiano, quien pelea con el reflejo de sí mismo cuando mira el agua del inodoro, los Atléticos se viven apasionadamente el baloncesto como si fueran una secta religiosa o miembros de Victoria Ciudadana, porque no hay espacio para diferir: aquí eres o no eres, eres negro o anaranjando. De hecho, esta gente es tan extraña que hasta hacen una triste caravana de subcampeonato cuando pierden en la final. Jajajaja. Son acérrimos fanáticos hasta en el momento del velorio de sus esperanzas. Sí, sabemos que son “la cuna”, pero también son unos loquitos.

Capitanes de Arecibo

El equipo que ahora tiene las migajas que dejaron Anuel AA y Frabián Elí tras su divorcio tampoco se queda atrás. Históricamente han sido los revoltosos que llegan con sus camisas amarillas y negras a formar un motín donde sea, especialmente si el juego es contra sus eternos enemigos, los Piratas de Quebradillas. Esta gente ni siquiera entiende las reglas del baloncesto, ellos solo quieren prender todo en llamas debido a sus raíces vikingas. Si hay algo más salvaje e ingobernable que Haití, es el pueblo de Arecibo.

Piratas de Quebradillas

Y claro, no podemos olvidarnos de los Piratas de Quebradillas que se han peleado hasta entre ellos mismos. El mal humor de los quebradillanos aumenta debido a su calurosa, mediocre y defectuosa cancha. No olvidemos el juego del 2021 entre los Capitanes de Arecibo y los Piratas de Quebradillas que se tuvo que cancelar, luego de un donqueo del refuerzo Chinemelu Elonu que rompió el cristal del canasto y no encontraron otro por todo el pueblo. La cancha de los Piratas es tan pobre que el municipio se unió para hacerle un GoFundMe y solo recolectaron $18.75 entre sus fanáticos, y esos setenta y cinco centavos fueron de Gazoo Starr.

Leones de Ponce

La fanaticada más apasionada por su equipo es -indiscutiblemente- los LEONES de PONCE. Esta hermosa gente viaja toda la isla apoyando a su legendario equipo, y sus bravos felinos no le tienen miedo a gritar el coro: “¡Aquí manda PONCE!” ni siquiera en Bayamón, donde fácilmente podrían atentar contra su vida. Todo el mundo recuerda la histórica perreta gesta ponceñista del alcalde Rafael “Churumba” Cordero Santiago cuando dejó a oscuras a los Cangrejeros un tramposo equipo, al momento de ganar en el Auditorio Juan Pachín Vicéns, mientras gritaba como un dictador aguerrido LEÓN: “¡apáguenme las luces que aquí no hay fiesta pa’ nadie, puñeta!”.

Santeros de Aguada

¿Alguien sabe dónde diantre se janguea en Aguada? Exacto, en ningún sitio. Por eso esta gente llena la cancha aunque su equipo de este año sea más malo que tener que chuparse un límber con orín de borracho o un ‘stand up comedy’ de Carlos Webber. Son pocos, pero leales. Eso vale, banda.

Osos de Manatí

A los Osos de Manatí en su corto tiempo en la liga no los han tomado en serio, especialmente luego de que a Ozuna se le ocurriera comprar a los Brujos de Guayama y bautizarlos con este nombre poco intimidante. No sabemos ni por qué pusimos a esta gente en la lista. Discúlpenos, en verdad. Los osos… bendito.

Criollos de Caguas

A los Criollos de Caguas los dejaremos tranquilos, ya que acaban de llegar nuevamente a la liga; además, esta gente pasa un moooontón de horas en el tapón de Caguas a San Juan, por lo que podemos entender completamente su eterna ira. Aunque si es por el tapón, estos pequeños hombres y mujeres -porque la gente de Caguas son como los hobbits de “Lord of the Ring”- son hijos de los bayamoneses (quienes son los orcos).

Corillo, esperamos que apoyen la liga, que vayan pa’ los juegos, y que sigan patrocinando el deporte de Pe Erre, de donde salen tantos chamaquitos del barrio y el caserío pa’ hacer del basket una carrera y echar pa’ lante, porque es en el BSN donde se forman las futuras LEYENDAS. 🫡🏀

Nota de transparencia: en este artículo, obviamente Tío Maceta metió un poco el de’o.

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