Si todo pinta como la comunicación oficial que circula en las plataformas digitales de la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPRH), la lógica es la siguiente: si te violan o sobrevives a un intento de violación en los predios de la institución y no hay querella, pues sencillo, a ti no te pasó nada y la administración se toma la libertad de escribir una carta oficial para descartar CATEGÓRICAMENTE cualquier posibilidad de que haya sucedido algo.
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De hecho, quien firma la misiva, el Sr. Juan C. Castro Pabón, señala que en la UPRH hay 20 guardias de seguridad durante tres turnos y aproximadamente diez “call box” de emergencia que mantienen el campus en ley y orden. Sí, usted leyó bien. Según el distinguido señor, tener ese combo en la UPRH mantiene la institución en ley y orden.
Nada, que no hace falta abrir ninguna investigación en UPRH para ver si, en efecto, hay algo que resolver para evitar una tragedia.
OJO: De acuerdo con el protocolo de manejo dispuesto en la reglamentación de “Título IX”, cualquier rumor de incidencias o tentativa de violencia sexual (en cualquiera de sus modalidades) debe atenderse como si en efecto hubiera ocurrido y, más aún, requiere que el asunto sea referido inmediatamente al “Oficial de Título IX” del recinto. Es este quien asume jurisdicción y, a partir de ahí, debe evidenciar en su proceder dos cosas: (a) una investigación rigurosa, independientemente se trate de un “rumor infundado” o de un incidente real y; (b) mostrar la mayor autonomía posible ante subalternos u oficiales de mayor jerarquía o rango en el recinto, incluida la Autoridad Nominadora. Y esto es bien importante porque, si se sigue al pie de la letra, despejaría toda duda sobre cualquier “apariencia” de coerción indebida o intentos igualmente indebidos de controlar la “imagen pública” ante los medios.
¿Este asunto se dio por falso mediante decreto auto-absolutorio? Uy.
