Comentario

Puerto Rico necesita un líder... y no eres tú, Alejandro

Se acabó el verano, y en una isla donde ocurren las mismas cosas todos los años, lo único que le dio emoción a los boricuas fue la sequía, las espesas lágrimas de Frankie Jay y el botellazo de La Taína. Para calmar las ansias de aquellos que con la llegada de un nuevo mes escriben en las redes sociales “sorpréndeme, agosto” (sustituye el mes por los restantes, excepto por septiembre, porque en ese maldito mes se detiene el tiempo y no pasa nada), el primer mandatario llegó con una frase para que nos diera dolor de pecho: “el país me percibe como un líder”.

Es en este momento cuando dirijo mis letras hacia usted, gobernador. Señor García, acérquese, preste atención a lo que le voy a decir. Mire, Alejandro, seamos sinceros: a usted nunca lo han visto como un líder. Incluso, usted ganó porque el otro muchacho, aquel que tenía una pollina alocada y que no podía donquear ni en un trapo &#39e canasto de seis pies, tampoco lo era. Usted ganó porque “era el más bonito”, y porque luego de botar un montón de gente, ese Luis Fortuño estaba como un bebé de cinco meses después de haber comido baby food de sweet peas: caga’o hasta la espalda. Gobernador, en mi barrio a eso se le dice “ganar por chepa”. Señor Alejandro, su belleza la pusieron sus padres, pero la forma de hacerse el nudo de la corbata colorá y el discurso vacío se lo aprendió de un guión en las oficinas de Puerta de Tierra… hermano, a usted lo diseñaron, y le informo que los líderes no se crean de un día pa’ otro, sino que nacen.

Recomendados

No, señor García, usted no es un líder. By the way, ni en su partido lo ven de esa manera. Un verdadero líder debería saber que tiene buitres a su alrededor y gente que le infla el ego con una &#39hidden agenda’ (algunos ni eso, porque esos favorcitos por cobrarse ya ni se disimulan), así que ese jefe se desprendería de quien le chupa la sangre, de aquellos “colmillús”, que ya no son tan colmillús na’ porque tienen &#39veneers’ made in Colombia. Un líder se nutre de la gente que tiene a su alrededor, y no se siente intimidado cuando hay alguien talentoso cerca. Mire a su alrededor… ¿cuántas de esas personas que lo aplauden lo hacen genuinamente? ¿Usted cree lo aplauden porque creen en su capacidad o lo vitorean por el rango que tiene? Si es por lo segundo, yo usted no sonrío tanto.

 

Un caudillo pondría a su gente primero, no como eslogan político, sino con acciones. Un líder no se presta pa’ manda’os, ni se deja tongonear para estar en el poder cuatro años más; un líder puede cambiar de opinión, siempre y cuando recoja velas porque conoce cómo se mueve la marea y el cambio sea a favor de su gente, no porque esté perdío pal ca’ ni sepa qué diablos pasa. Un verdadero líder no se tira fotos con las doñas para “demostrar humildad”, pa’ luego pasar por la piedra a los hijos de ellas con impuestos, mientras sus súbditos aflojan botellas de champán. Ante preguntas de la prensa su voz tiembla a veces, señor gobernador, y deja notar que está igual de desinformado y alejado de la realidad que un niño de Orocovis.

Un líder no abandona el barco cuando se está llenando de agua, ni da el mensaje de que todo está bien cuando la aldea está cogiendo fuego. Un líder no se pasma en el clutch. Un líder no se va de vacaciones cuando el país está en su peor momento. ¿O usted no sabía que cuando se tiene cierta responsabilidad hay días festivos que pasan a un segundo plano? No me venga con eso de que necesitaba respirar aire fresco en otro lado en medio de una crisis, ¿o usted cree que una madre soltera deja de trabajar porque está cansada de tanto estrés? No, Papo, esas sí son líderes, que no dejan de meter caña por los suyos.

Señor, gobernador, le recuerdo que usted no solo hizo lo antes mencionado, sino que lo primero que hizo al regresar de su “merecido descanso” fue asistir a un fundraising a recoger chavitos para la proxima campaña… Alejandro, eso no es ser un líder, eso es ser un político del montón, de esos que hemos tenido hace años y que tienen esta isla tan jodía. Un líder no necesita un montón de soplapotes lavándole la imagen ni arreglando sus metías de patas con el “manejo de crisis”, y de eso, señor gobernador, ni sus antecesores ni usted pueden frontear mucho. “Ese es el juego de la política”… y precisamente eso es lo menos que necesitamos: un molde de político buscón… una burda copia del pasado.

Un líder tiene que estar más dispuesto al sacrificio, no a los beneficios; un líder tiene que dar cara y afrontar las críticas, porque el carácter no se construye a base de halagos y focas aplaudiendo cada vez que su boca dispara demagogia. Un líder no habla con montañas de Coamo, sino que escucha a su gente. Un líder es exigente con los demás, pero es mucho más exigente consigo mismo. Pa’ ser líder hay que ser honesto, tener coraje y vivir lo que predica. Tener carisma no es suficiente si tus palabras se alejan de tus acciones.

Gobernador, el pueblo no espera que usted sea un Leonidas que patee en la caja del pecho a los emisarios de las casas acreditadoras y que grite en El Morro que “esto es Puerto Rico y aquí mandamos nosotros”. Tampoco esperamos que usted sea Luis Muñoz Marín, porque le recuerdo, Alejandro, que mi generación no idolatra a ese señor como otras épocas lo hicieron. Ni a Muñoz ni a ninguno. Si por algo lo felicito es porque a diferencia de sus colegas -aquellos que se ponen apodos de animales para que el pueblo crea que ellos son fieras con gabán- usted no ha necesitado eso del sobrenombre; pero si algún día decide acoger uno, pónganse “el delfín”, pues al igual que ese mamífero usted es simpático, aunque todos sabemos que los delfines no tienen la gallardía de actuar si no es en manada…como usted. No se equivoque, tampoco creemos que el muchacho de ojos claritos, el del otro partido, el que “llegó del cielo con el pai” sea un líder; se lo digo para dejarle claro que el pueblo merece mucho más que esas opciones mongas que ustedes nos están ofreciendo.

Puerto Rico necesita un líder… y no eres tú, Alejandro. Ahora mismo algún boricua debe estar leyendo esto y cumple con las características que se exige para el puesto. Así que si hay alguien que haya baja’o la desilusión con una cerveza, que sepa lo que es estar abajo, que esté cansado de que “la cosa siempre esté mala” solo para un sector y que tenga el valor que se necesita para el cambio, que tire un pie al bote, porque su país lo necesita. Puerto Rico tiene una urgencia de dirección, y si seguimos esperando por los riquitillos “bien educados” con “juegos políticos”, nos coge el próximo verano con el mismo libreto de todos los años.

PD: Alejandro, tu partido te va a sacrificar y tus súbditos están brincando el barco. Pero, Papo, ese es “el juego político”… el mismo que tú aceptaste cuando te diseñaron.

Tags

Lo Último

Te recomendamos