Contexto

Por estar peleando, nos estamos olvidando de lo importante

Ocurre una de las mayores matanzas en la historia de Estados Unidos, que nos toca tan de cerca, y nosotros aquí estamos peleando unos con otros.

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Tenemos gente opinando sobre “el comportamiento correcto según la Biblia”, como si ese libro fuera precisamente el manual “perfecto” de cómo deben actuar los humanos, digo, si pichamos en que hay papás que preñan hijas y papás que quieren acuchillar hijos porque Dios “le habló”.

También tenemos ateístas que a cojón quieren pensar que todo el que crea en Dios es fanático religioso, es bruto y odia a los gays.

Tenemos a Pedro Julio metiendo a Ricky Rosselló en todo el asunto (casi le faltó decir que Ricky le compró las armas al asesino), y tenemos al equipo de Ricky respondiéndole a PJ para eventualmente caer en la tiraera política.

Tenemos tanta gente peleando a la vez que ya es un estrés entrar a Facebook. ¿Y la reflexión sobre esta masacre? Bien, gracias. Están muy entretenidos peleando unos con otros y acusándose de cuanta cosa solo por no pensar igual.

Poco a poco se sabrán más detalles de la masacre, y sabremos más sobre las motivaciones del cabrón asesino. Pelear ahora echándonos culpas es parte del problema.

Sí, da rabia lo ocurrido, y cuando se sufre, se grita y se llora; pero también se hace una introspección de lo que somos, y se dejan los odios y los rencores atrás porque cargar con eso nos consume.

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Las pasiones están a mil, y la Isla está encabroná (cada persona por distintas razones), pero si el asesinato de un fracatán de gente no nos hace frenar y reflexionar sobre lo que es la vida, pues puñ.., ¿En qué cara.. nos hemos convertido?

Yo no creo que este es el momento de señalarnos, sino de ir aprendiendo que todos somos diferentes, pero que podemos convivir.

¿De qué vale que estemos metíos en ciberdebates ganando likes, si no entendemos lo que es el respeto por todos los demás? Y cuando digo todos es todos, sean gays, heterosexuales, religiosos, o gente de la aldea de Morovis.

Mis condolencias a la familia de los fallecidos, y aunque sé cuán grande es ese dolor, les recuerdo que la inmortalidad existe, y es cuando no olvidamos a aquellos que amamos tanto.

La presencia física siempre será extrañada, pero lo vivido con ellos no nos lo arranca nadie del corazón. Está en nosotros enseñarles a nuestra prole que amor es amor, no importa de cuál genero u orientación venga; está en nosotros enseñarles a nuestras crías que todos somos diferentes y que tenemos que respetar a todo el que piense distinto aunque no estemos de acuerdo.

Porque entre tanta gritería y acusaciones entre bandos, (y entre tanto protagonismo de entes que solo usan la lengua pa&#39 separar hermanos), tengo que recordar que ahora mismo necesitamos más letras que sanen a los afectados, no que dividan; que como dice uno de mis cantantes favoritos: “las palabras son buenas… y curan”.

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