Las estatuas de hombres, mujeres y niños encadenados se asoman inquietantes desde la arena de la playa mientras olas simuladas se estrellan encima de ella, un símbolo en honor a las dos millones de personas que se calcula terminaron sepultadas en el Océano Atlántico debido a la trata de esclavos.
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La exposición forma parte de una ampliación de un museo creado por la Equal Justice Initiative —un grupo sin fines de lucro con sede en la ciudad de Montgomery, Alabama— que se centra en el legado de la esclavitud en Estados Unidos.
La ampliación del Museo del Legado —compañero del Monumento Conmemorativo Nacional por la Paz y la Justicia, el conocido monumento del grupo en honor a las víctimas de linchamientos— se inaugura el viernes y lleva a los visitantes por un recorrido a través de los orígenes de la trata de esclavos, pasando por la era de la lucha por los derechos civiles y hasta los problemas modernos de la justicia penal.
Bryan Stevenson, director ejecutivo de Equal Justice Initiative, dijo que el objetivo del museo es enseñar y confrontar “partes de la historia estadounidense que no se enseñan con frecuencia”, una comprensión que, según él, es un requisito para que el país avance y sane.
“Creo que hay algo mejor esperándonos en Estados Unidos. Creo que hay algo que se siente más como igualdad, más como libertad, más como justicia de lo que hemos experimentado hasta la fecha. Pero para conseguir eso, vamos a tener que confrontar los daños (causados por) el problema, los retos persistentes que han sido creados por esta larga historia de desigualdad racial”, dijo Stevenson en una entrevista telefónica.
El museo abarca desde las épocas de la esclavitud, los linchamientos y las leyes de Jim Crow hasta el encarcelamiento masivo y los problemas modernos de la justicia penal en los que se centra el trabajo jurídico de Equal Justice Initiative.
El Museo del Legado, de 3,700 metros cuadrados (40.000 pies cuadrados), situado en el centro de Montgomery, Alabama, se encuentra en el lugar donde estaba un antiguo almacén de algodón.
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“Está usted en el lugar en el que los negros esclavizados fueron obligados a trabajar en condiciones de sometimiento”, dice el letrero.
A lo largo de un pasillo oscuro, se proyectan imágenes de esclavos hablando en las paredes detrás de rejas de celdas, e interpelan a los visitantes que están ante ellos. La primera es la de una mujer suplicando por los hijos que le fueron arrebatados. En otra, dos niños se acurrucan el uno contra el otro.
“Mamá, mamá… ¿Has visto a nuestra madre?”, gritan.
Una pared está cubierta con frascos de tierra tomados de los lugares donde se asesinó a las víctimas de linchamientos. En otra exposición se invita a los visitantes a realizar un test de alfabetización de la época de Jim Crow para poder empadronarse.