Contexto

Los diferentes tipos de boricuas ante el NO de Trump a la estadidad

El presidente más “a lo fuck it” que ha tenido Estados Unidos, Donald Trump, en una entrevista con Gerardo Rivera le dio un “no” a la estadidad para Puerto Rico porque la eterna colonia isla tiene políticos malos. “Con la alcaldesa de San Juan, tan mala que es… Puerto Rico no debería estar hablando de estadidad hasta que consiga gente que realmente sepa lo que está haciendo”, zumbó Trump a la misma vez que hacía la horrenda mueca que lo distingue.

Rápidamente, esto levantó un mar de reacciones en el Internet de Puerto Rico, y mientras unos lloraban, otros estaban culequísimos. Analicemos brevemente a los diferentes tipos de boricuas ante el NO de Trump a la estadidad.

El estadista encab****o

“Trump no representa el sentir del pueblo norteamericano”, dijeron sumamente molestos algunos estadistas, olvidándose que Trump Sí representa a un corillo que no les interesa darle la estadidad a la isla por la razón que sea. “¡Esto no se queda así!” decían mientras aseguraban que la presión iba a continuar y que iban a crear la crisis hasta que esto se resuelva… o por lo menos hasta las próximas elecciones cuando vuelvan a sacar la carta del estatus.

El penepé en negación

Algunos penepés estaban tan alicaídos con la expresiones del presidente que aseguraron con lágrimas en los ojos que “Trump no quiso decir eso, realmente él lo que quiso decir es que es culpa de Yulín que no nos den la estadidad”. Estos fueron los mismos penepés que levantaban los brazos cuando Trump les tiró con papel toalla, porque “hay que ser agradecido y bajar la cabeza siempre que el gringo habla”.

El independentista culeco

“¡Los gringos no nos quieren, se lo dijimos”, gritaban con mucha alegría, pero ante la pregunta de qué hacemos ahora, ni ellos mismos saben qué decir porque se han dedicado por décadas a hablar sin crear un plan realista. Lo más curioso es que aunque nunca han tomado en serio las palabras de Trump, por poco lo abrazan y hasta se lo llevan pa’ la casa. Suponemos que esto avivará a los independistas a votar por el PIP y en el 2020 sacarán más de 3% ¡Jeguuuuurrrrooooo!

El soberanista fantasma

Este es esa persona que no se dejó llevar por la emoción del momento. Raudo y veloz, comenzó a explicar que era el momento idóneo para movernos a una libre asociación (lo que sea que eso signifique). Con el libro de Collado Schwarz de “Soberanías exitosas” debajo del sobaco, empezó a hablar a de Singapur, provocando que lo dejaran solo porque la realidad es que nadie le interesa eso.

Carmen Yulín

El día de doña Carmen comenzó con una portada en un periódico local sobre un esquema de corrupción en el municipio de San Juan. Lo que se supone que fuera un día malo para ella, se convirtió en felicidad para la alcaldesa que anda con fotógrafos pa’ rriba y pa’ abajo. Una simple mención de Trump a Yulín siempre provoca noticia, y de una manera extraña estos dos seres se necesitan para llamar la atención. Una vez más, Yulín le pichó a los asuntos de su municipio para meterse en debates que solo le levantan el ego. “¿Cómo va San Juan, Carmen?”, a lo que la alcaldesa responderá “lo importante es que hay salud”.

El colonialista feliz

Si unos piden estadidad, ellos gritan; si unos piden independencia, ellos lloran. No hay quién los entienda. Luego de la expresiones de Trump, el colonialista feliz salió de la cueva y compartió todos los memes que se encontró, pues le daba mucha alegría saber que la estadidad no viene y podemos seguir siendo una colonia sin derecho a tomar nuestras propias decisiones. ¡Seguimos siendo esclavos, eso eh!

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