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Lo que debes saber de la Serie Mundial de las Grandes Ligas

Ayer arrancó la Serie Mundial de las Grandes Ligas entre los Astros de Houston y los Dodgers de Los Angeles. Los primeros van en busca de su primer campeonato desde su fundación en 1962, mientras los segundos van tras su séptima sortija, la primera en casi 30 años desde que vencieron en cinco choques (4-1) a los Atléticos de Oakland de Mark McGwire, José Canseco y Dennis  Eckersley, allá para 1988.

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A pesar de que la novena californiana no se presenta en este escenario hace unas tres décadas, han sumado cinco títulos divisionales de forma consecutiva (2013, 2014, 2015, 2016 y 2017) de un total de ocho en la última década y media. 

De otro lado, la única ocasión que los de Houston sudaron el uniforme en una Serie Mundial fue en el 2005, cuando cayeron derrotados por los Medias Blancas de Chicago, comandados –en aquel entonces– por el controversial dirigente venezolano Ozzie Guillén. En aquella ocasión los de Texas todavía eran parte de la Liga Nacional.

No obstante, ya los Astros no son parte de la liga donde jugaron aproximadamente 50 temporadas (1962-2013). Esta edición del festival de otoño representa la primera vez en la historia de Las Mayores que una novena disputa el título luego de coronarse en ambas ligas (Nacional 2005 y Americana 2017).

Los tejanos nunca han ganado un juego de Serie Mundial. Se han ido en blanco en cinco oportunidades. Sin embargo, esta noche buscarán mejorar ese historial cuando suban a la lomita al estelar lanzador Justin Verlander, quien acumula efectividad de 1.61 en 11 aperturas de postemporada, desde su primera salida vistiendo los colores de los Tigres de Detroit en la Serie Divisional de la Liga Americana ante los Atléticos de Oakland en el 2012.

Desde que Verlander llegó a los Astros vía cambio esta temporada tiene marca perfecta de nueve victorias y cero derrotas (9-0) en ocho juegos iniciados y uno saliendo del Bullpen. Como dato curioso, la última ocasión que Verlander se subió a la lomita frente a los de California, el veterano tiró ocho entradas, concedió dos imparables, una sola carrera limpia y ponchó a nueve.

Pero bueno, los bates de los de Houston no están pasando por un buen momento. Para que usted tenga una idea, luego de que mataron a los Medias Rojas de Boston en la Serie Divisional bateando sobre .300 y promediando seis carreras por juego, batean para .176 y a duras penas promedian dos carreras por choque desde entonces.

Por su parte, los Dodgers no pueden estar atravesando un mejor momento. Luego de eliminar a los Cachorros de Chicago –campeones de la pasada campaña– parece que el panorama es cada vez más prometedor para los del boricua Enrique “Kike” Hernández. Y bueno, picaron al frente en la serie y de qué forma, venciendo tres carreras por una (3-1) y dejándole claro al combo de Alex Cora, Carlos Correa, Carlos Beltrán y Juan Centeno que el cuerpo monticular californiano está que corta.

Los Dodgers juegan para 7-1 esta postemporada. Y con la victoria de anoche son claros favoritos para coronarse. Aunque bueno, los últimos ocho equipos que han ganado primero el banderín de sus respectivas ligas han caído derrotados en la Serie Mundial. Los únicos que cambiaron esos muñequitos fueron los Filis de Filadelfia en el 2008, cuando se proclamaron campeones venciendo en cinco juegos (4-1) a los Rays de Tampa Bay, cuando estaban al mando del hoy dirigente de los Cachorros, Joe Maddon.

Esta es la primera Serie Mundial en casi 50 años que tiene como protagonistas a dos equipos que en la regular ganaron sobre 100 partidos. La última ocasión que las Grandes Ligas sirvió un banquete de esta naturaleza fue en la Serie Mundial de 1970, entre los Rojos de Cincinnati y los Orioles de Baltimore del macetero Brooks Robinson, que resultaron campeones de esa edición tras vencer a los de Johnny Bench en cinco choques (4-1). 

Si bien es cierto que este año la Serie Mundial es un manjar deportivo de magnánimas proporciones, así como una muestra más de la grandeza del béisbol nacional, también es cierto que lo que se juega en los diamantes del Dodger Stadium y el Minute Maid Park es algo más que un premio en metálico y un trofeo. Está en juego la pelota caliente de una cepa generacional. Dave Roberts lo sabe. Y A.J. Hinch lo sabe más.

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