¿¡Politiqué!?

La inequidad de salarios y género que destapó Eva Prados

Como todos los viernes, escribe hoy en ¡¿Politiqué?! la candidata del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) a la asamblea municipal de San Juan, Nayda Bobonis Cabrera.

 

Anoche se dio el último debate a la gobernación. No cabe duda de que uno de los momentos más memorables será Pierluisi pidiendo turno de rebatir cuando se mencionó la palabra corrupción sin haberse mencionado su nombre, ante lo que la Lcda. Lúgaro respondió:  “Yo dije corrupción,  cada vez que diga corrupción yo creo que los compañeros ambos tienen derecho a reclamar el turno”.

Y es que la corrupción y la falta de transparencia gubernamental son el problema principal de este país. Incide en absolutamente todo. Ello ha sido liderado por el bipartidismo que ha imperado desde la época de los cincuenta, quienes arrastran sus agendas hasta el día de hoy, llevándose consigo la estabilidad de nuestra Isla.

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La culpa no es huérfana. Los partidos tradicionales son instituciones que llevan décadas lucrándose de permanecer en el gobierno cada cuatro años y si son derrotados son contratados de x o y manera hasta que puedan volver a ganar. Esto lo vimos claramente reflejado durante la semana luego de que nuestra candidata al Precinto 3 de San Juan, Eva Prados, demandara al Senado de Puerto Rico para que se revelaran los salarios de las personas que trabajan en el Capitolio. Ante esto hubo oposición por parte del presidente del cuerpo legislativo, mas por orden del tribunal, tuvo que revelar la información.

Y lo que allí encontramos no está fácil de digerir.

Sueldazos. Punto.

Conocimos una oficina de asuntos federales del Senado en Washington que no estamos ni seguros de lo que hace, pero su directora gana más de trece mil dólares al mes, de un supervisor de n café que se gana cinco mil, y la esposa del ex alcalde de San Juan, Jorge Santini gana más como ayudante que la directora de la oficina para la que trabaja. Prohibido olvidar que Miguel Romero durante esta campaña se sentó a dialogar con este individuo que ahogó al Municipio de San Juan en deuda.

Amigos, familiares y políticos derrotados han gozado y guisado. Luego de revelarse los salarios nos podemos dar cuenta de que estos individuos lo único que han hecho es engordar sus bolsillo a cuesta de la debacle del pueblo. Estamos hablando que ellos son quienes crean impuestos, realizan recortes, quitan derechos laborales y de toda índole, no han aumentado el salario mínimo, dan reducaciones contributivas a unos mientras otros se endeudan para tener una educación adecuada sin la posibilidad de conseguir empleo después, mientras otros tienen que escoger entre si pagan renta o comen, otros hacen de tripas corazones para sobrevivir en un país que no les apoya, no les atiende, no les escucha.

¿Cómo es posible que se haya tenido que recurrir al tribunal para exigir información que debía ser publica desde el inicio? ¡Estamos hablando de fondos públicos! Esos sueldazos los pagamos tú y yo con nuestros impuestos. ¿Cómo se atreven a decir que son como tú y como yo? No lo son. Casi la mitad del país no ve en sus ingresos en un año lo que esta gente gana en tres o cuatro meses. Ellos no nos representan.

Todo el mundo ha estado hablando de las implicaciones económicas de la revelación de salarios esta semana. Pero la Lcda. Prados destapó otra olla de grillos. Pensemos, ¿qué sucede con la candidata valiente que demandó al senado sabiendo de las consecuencias que tendría para su vida personal? Los ataques sin fundamentos que le siguieron, en un intento de desviar la atención, son reflejo de la inequidad en la política en cuanto a cómo se trata a las mujeres.

Y es que la manera en que se nos trata es un disuasivo y sienta un terrible precedente. Todo este asunto de “la política” es algo a lo que me enfrento por primera vez, y ahora que puedo observar desde otra perspectiva cómo se escudriña, se ataca, se violenta a las mujeres en la palestra pública me provoca indignación, frustración, coraje y una gran pena.

De por si es injusta la inequidad, pero particularmente en el ambiente político nosotras tenemos que pasar por muchos más en comparación con cualquier hombre que esté aspirando al mismo puesto político.

No me digan que no es evidente. A las mujeres en la política se le hace más difícil llegar y se lo hacen más difícil también. Las mujeres que han decidido adentrarse a la política se les llama valientes y efectivamente lo son, pero ¿por qué hay qué ser valientes?

El proceso de insertarse en el servicio público es difícil y humillante.  El escrutinio es muchísimo más agresivo y sin ningún tipo de pudor. Además, a las que somos asertivas, “tenemos que bajarle” a la intensidad porque si no nos ven como agresivas e histéricas, cuando eso nunca se cuestiona o exige a los candidatos varones. Y sin entrar a hablar en las criticas y preguntas a nuestra imagen o asuntos personales que nada tienen que ver con el ruedo político. ¿Por qué tenemos que ser dejadas a un lado, pisoteadas, acribilladas con comentarios machistas y misóginos?

Esto no tiene que ver con que tengamos o no el cuero duro. De eso no se trata. Es de que no se nos continúe violentando y haya equidad en el trato para aspirar en igualdad de condiciones. Muy pocas veces hago el ejercicio de leer comentarios en las redes y es genuinamente asqueante lo que algunos se atreven a escribir: “drogadicta, hija del diablo”, “se hace la víctima”, “que se vaya a cuidar a su hija”, “preparada, pero prepotente y arrogante”. Me molesta, me frustra, me duele que estamos en el año 2020 y aun haya que lidiar con esto. Si algo ha quedado claro es la necesidad de educación con perspectiva de género para que la idea de que mujeres lideren al país no sea atropellado por el machismo y la misoginia.

Hablo de mujeres capaces y comprometidas. Las mujeres del MVC tenemos la conciencia y sentimos la responsabilidad de representar adecuadamente a las mujeres en el servicio público, y por ello somos candidatas. Mas muchas de las mujeres que están allá no nos representan, no crean política publica que nos proteja o atienda adecuadamente. Nosotras estamos invisibilizadas y mal representadas porque esconden suministros para repartir y ganarse adeptos políticos, las que están usan esquemas junto a familiares para robarse el dinero, las que están se atreven a traer el extremismo trumpista que tanto daño ha hecho solo por hacer un circo y llamar la atención, las que están atornillan a medio mundo antes de irse, no investigan las acciones corruptas del gobierno, se hacen de la vista larga mientras nos matan.

Nuestro movimiento presenta mujeres fuertes que venimos a trabajar. Y estamos más que listas, capacitadas y comprometidas para hacerlo. El País está como está no por falta de recursos sino por una administración incompetente y corrupta. No permitamos se continúen robando nuestro futuro.


Nota del editor: La autora es candidata a legisladora municipal en San Juan por el Movimiento Victoria Ciudadana por el Movimiento Victoria Ciudadana. Es parte del grupo original de columnistas de ¡¿Politiqué?!, la sección de de discusión política en El Calce

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