En un importante reporte encargado tras el asesinato de George Floyd en Estados Unidos, la jefa de derechos humanos de Naciones Unidas instó a los países de todo el mundo a hacer más por poner fin a la discriminación, la violencia y el racismo sistémico contra personas de origen africano, y “reparar el daño”, lo que incluiría compensaciones.
El reporte de Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ofrece una amplia mirada al origen de siglos de malos tratos sufridos por africanos y afrodescendientes, especialmente derivados del comercio transatlántico de esclavos. El documento busca una estrategia “transformadora” para abordar un impacto que ha continuado hasta hoy.
El reporte, elaborado durante un año, aspira a reforzar la tendencia hacia un mayor escrutinio en todo el mundo de la lacra del racismo y su impacto sobre personas de ascendencia africana, como muestran las publicitadas muertes de personas negras desarmadas en Estados Unidos y otros lugares.

