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¡Hágale, pues! Vinculan a expresidente Uribe con narcos colombianos

A medida que Álvaro Uribe, el político más poderoso de Colombia, ascendía hacia la presidencia hace más de dos décadas, las autoridades estadounidenses solían recibir reportes de que estaba vinculado con narcotraficantes, según cables del Departamento de Estado que dejaron de ser secretos.

Los textos fueron obtenidos y publicados el viernes por el Archivo de Seguridad Nacional, un grupo sin fines de lucro, justo cuando Iván Duque, candidato elegido por Uribe, encabeza las encuestas antes de los comicios presidenciales del domingo.

Describen reuniones desde 1992 a 1995 entre funcionarios estadounidenses y Uribe, así como con otros políticos colombianos del Partido Liberal al que pertenecía entonces.

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En un cable de 1993, el entonces senador Luis Vélez le dijo a un funcionario de la embajada estadounidense que Uribe era primo de la familia delictiva Ochoa, la cual era socia del narcotraficante Pablo Escobar y había financiado sus campañas políticas.

Vélez, en ese entonces aliado cercano de Uribe, explicó que, debido a dichos vínculos, Escobar exigió reunirse con su esposa para intentar facilitar la rendición pacífica del capo en una época en que era el prófugo más buscado del mundo.

“Escobar, a través de los Ochoa, exige ahora que Uribe le devuelva los favores al intentar abrir un canal de comunicación con Gaviria”, escribió un funcionario de la embajada en el cable confidencial, refiriéndose al presidente César Gaviria.

Desde que inició su carrera política a principios de la década de 1980, Uribe ha sido acusado de estar vinculado con cárteles del narcotráfico y grupos paramilitares, cuando la agencia de aviación civil que encabezaba fue acusada de conceder licencias de vuelo a narcotraficantes.

Pero siempre lo ha desmentido. Durante su presidencia de 2002 a 2010 fue un firme aliado de Estados Unidos en la guerra contra las drogas: extraditó a presuntos narcotraficantes en cifras récord y expandió agresivamente un programa estadounidense para rociar cultivos ilegales de coca con herbicidas.

En un video publicado en las redes sociales, Uribe rechazó las acusaciones como “noticias falsas” en períodos electorales y sin que se presenten pruebas. Duque, cuyo padre fue gobernador del estado de Antioquia donde Uribe nació y en el que arrancó su carrera política, no hizo comentarios.

En las turbulentas décadas de 1980 y 1990, cuando el cártel de Medellín se encontraba en la cúspide de su poder, casi todos los políticos colombianos eran sospechosos ante Estados Unidos.

Al centro, Álvaro Uribe. (AP)

En un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense en 1991, el cual dejó de ser secreto hace tiempo, Uribe era enlistado como uno de 100 presuntos “narcopolíticos” colombianos, considerándolo un “amigo personal cercano” de Escobar que estaba “dedicado a la colaboración con el cártel de Medellín en altas esferas gubernamentales”.

Los cables recién publicados proporcionan un vistazo más matizado de algo de la evidencia que respalda dicha evaluación, e incluso algunos elogios ambiguos al político que diezmaría a la guerrilla izquierdista de las FARC en el campo de batalla, lo que preparó el terreno para su desarme bajo un acuerdo de paz alcanzado en 2016.

Por ejemplo, después de una reunión con funcionarios de la embajada estadounidense en 1992, David L. Hobbs, subjefe de la misión, dijo que Uribe era un líder político en ascenso e “interlocutor serio” que quería acercarse al gobierno estadounidense.

“Con cada reunión nos inclinamos menos a creer que sean ciertos los vínculos con el narco que se le atribuyen”, escribió.

Sin embargo, durante todo ese período las autoridades de la embajada estadounidense parecieron vacilar en su evaluación.

En otro cable de marzo de 1993, el embajador Morris Busby dice creer que “los rumores tienen sustento”, aunque no evidencia concreta, de que Uribe y el futuro presidente Ernesto Samper, cuya campaña Uribe respaldaba en Medellín, estaban vinculados con narcotraficantes.

Posteriormente los fiscales determinarían que el cártel de Cali gastó millones de dólares en la campaña de Samper, por lo que Estados Unidos le revocó su visa y le retiró todo apoyo a su gobierno.

En la actualidad el escándalo sigue circundando a Uribe, aunque con pocos efectos concretos.

A pesar de una investigación de la Corte Suprema en curso contra el expresidente acerca de un caso de manipulación de testigos que involucra a un grupo paramilitar al que presuntamente encubría, fue el candidato que recibió más votos en los comicios de marzo para el Senado.

Mientras tanto, su hermano Santiago Uribe aguarda ser enjuiciado bajo cargos de que era uno de los líderes de un escuadrón de la muerte de nombre Los Doce Apóstoles que era manejado desde su hacienda ganadera.

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