Por Melvin Javier Muñiz / Especial para El Calce
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HAMBURGO – Y en Puerto Rico se quejan por un grafitti, un cristal roto o unos encapuchaditos. ¡Ay bendito!
En estos últimos días he sido testigo de como una ciudad rodeada de árboles, ardillas, conejos y aves, donde, en mi opinión, se respira paz día a día, ha sido sorprendida y azotada por el creciente rechazo al capitalismo y el repudio a la salida de Estados Unidos del acuerdo de protección ambiental, entre otros asuntos.
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Hamburgo, la segunda ciudad más grande de Alemania, con alrededor de dos millones de habitantes, es la sede de la cumbre del G20, recibiendo así a los líderes de los 19 países más poderosos del mundo y la Unión Europea.
Desde la semana pasada empezaron a llegar diferentes manifestante de distintas partes de Alemania, Europa y otras partes del mundo. Poco a poco, en el camino al tren, todos los días hacia mi trabajo, podía observar como la tensión iba creciendo día a día, cada vez más, con más gente alrededor de la estación central, y más y más policías llegando en manadas.
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Las autoridades informaron que se esperaban unos 100 mil protestantes en las calles y unos 20 mil policías estaban activos.
Aunque todos esperaban que hubiera tensión y algunos encontronazos entre los protestantes, y en especial los liderados por el grupo más extremo de todos, los auto proclamados Wellcome to Hell o “bienvenidos a el infierno”, las cosas se salieron de control antes de lo esperado.
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Tan solo en la madrugada del viernes hubo más de 100 policías heridos, más de 50 personas arrestadas y decenas de automóviles fueron quemados en las calles como si fuera una guerra civil. En esta madrugada los números se duplicaron y ya son más de 200 policías heridos más de 100 arrestados y esta vez los negocios y tiendas alrededor fueron las que recibieron el azote de miles de protestantes que al grito de “Muerte a el Capitalismo” destruyeron decenas de tiendas en su exterior e interior, quemaron cajas de bancos, bicicletas y todo lo que consiguieron en su camino.
Después de casi dos años viviendo en esta ciudad nunca pensé que podría pasar tanto en tan solo unos días, desde BMW, Mini Coopers , Mercedes y otros autos quemados hasta las cenizas en las calles, con tiendas totalmente destruidas.
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Pero no todo ha sido caos. Para poner la cherry en el tope, en madrugada del sábado se pudo observar como unos tórtolos, después de una larga noche de tirar piedras y ser mojados por la policía, se relajaban un poco teniendo sexo con ropa en el cuarto piso de un andamio de madera en una construcción, para el deleito de sus compañeros protestantes.
El Gobierno ha pedido refuerzos a las ciudades cercanas para que envíen más policías, y de otros países, como Austria, ya han llegado miles de policías a reforzar la situación. Se espera que ayer, sábado, en el último día de esta cumbre, se intensificaran las protestas y todas las reuniones y presentaciones públicas de los líderes han sido fuertemente reforzadas. Hay decenas de helicópteros sobrevolando la ciudad y esperan contener las protestas esta noche sin que tengamos ningún otro suceso más grave que lamentar.
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En mi opinión estoy sorprendido con cuan fuerte pueden llegar a ser las protestas aquí, aunque soy solidario con la mayoría de sus posturas, como el maldito capitalismo y la vergüenza de Donald Trump y su salida del acuerdo de protección ambiental.
Pero tengo que admitir que estoy un poco decepcionado con la destrucción que han causado a la ciudad y la mayoría a negocios locales y automóviles de personas que no tienen que ver nada con el G20.
[metroimage ids="43-31146" ] (Nurgul Bayram/Anadolu Agency/Getty Images)
Pienso que en Puerto Rico tienen 77 billones de razones más para protestar, y sin embargo cuando alguien se tira a la calle a hacerlo lo tildan de terrorista, de pelú, de mafutero y de comunista. Más aún, se atreven a decir que es una vergüenza y que eso no pasa en otras partes del mundo, que somos unos salvajes, pero bueno ya ven que no es así.
Me gusta ver que a pesar de que hay un perímetro donde no se puede protestar y a pesar de tanta tensión, dentro de todo, no he visto agresiones mayores de policías a ciudadanos, y se respeta el derecho a la libre expresión hasta cierto punto, con máscaras o sin mascaras.
[metroimage ids="43-31147" ] Germany, Hamburg: A woman sits in front of german riot police during protests during the G20 summit in Hamburg, Germany, on July 7, 2017. (Photo by Christian Minelli/NurPhoto via Getty Images)
Hay que resaltar que han sido cientos de protestas y que muchas han sido completamente pacíficas: la mayoría por grupos de protección ambiental y grupos de paz que quieren que se terminen las guerras, entre otros, pero lamentablemente esas tienen muy poca cobertura cómo es costumbre.
Al fin y al cabo, en estos días escuchaba a un analista político de Puerto Rico decir que cuando el americano llegaba a Europa le tendían una alfombra roja y lo recibirían con los brazos abiertos. Esto demuestra cuán equivocados podemos estar y cuan fuerte se está desarrollando el repudio al capitalismo y al payaso que escogieron como presidente, que tiene la capacidad de convertir una ciudad pacifica en un infierno con tan solo pararse en ella.
(El autor y corresponsal de El Calce reside en Hamburgo hace dos años. Es natural de Moca y especialista en ciencias de computación)