La crisis azul de fotutolandia acaba de aumentar a ’Nivel: Centro Médico al otro día después María’.
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Y es que Carmen Yulín Cruz Soto está on fire, como Jordan en el ’88, lo que le echa tristeza y desolación encima y adentro a las turbulentas huestes penepas. Claro está, esto tiene a los populetes de a pie, en especial aquellos de la vertiente melona, con tremendo gozo en su alma – ¡¿dónde?! – gozo en su alma – ¡¿dónde?! – gozo en su alma y en su ser.
Sucede que la flamante alcaldesa de San Juan cogió ayer la pauta de su vida cuando fue al Late Show de Stephen Colbert, programa que le tiene mucho más cariño que el liderato de Partido Popular Democrático (PPD), si nos dejamos llevar por lo meloso que lució Stephen hablando con la Comandanta Carisma y por el amor que le mostró en Twitter.
Y Yulín, que ya está aprendiendo a disfrutarse ser un semi ’power player’ político internacional en esta era de imbecilidades Trumpanas, tiró a matar, cuando disertó sobre la respuesta de Casa Blanca a la catástrofe del huracán María en Puerto Rico.
¡La cosa se puso tan chuchín pa’ Yulín que hasta un regalito le hizo a Stephen!
Pero ahí no acabó la cosa. En ese inglés casi perfecto que vuelve loco a los abogados reales de Twitter, la persona favorita de Luis Dávila Colón aceptó con orgullo el homenaje que le hiciese Colbert, quien la exaltó al “Trump attacked me Hall of Fame”.
Y ahí sí que se curó. Chequeen:
Así mismo, amiguitos y amiguitas. La opinión pública estadounidense, esa a la que el PNP se desvive por agradar, es loca con Yulín. ¿Qué será lo próximo? ¿Dancing with the stars? ¿Una peli con Dwayne Johnson? Como dicen en la televisión gringa: stay tuned.
