¡Ni una menos!
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Sin dudas, estamos confrontando momentos muy difíciles con la situación de la pandemia. Eso ha trastocado nuestro estilo de vida . No suelo ser pesimista pero nos queda largo trecho por recorrer con la situación de la pandemia.
A esto le sumamos la cantidad de casos de violencia contra la mujer que reseñan los medios y ni contemos aquellos casos silentes de los que no hay visibilidad, pero que están dejando unas cicatrices profundas e imborrables. Duele en lo más profundo del corazón toda esta ola de violencia que nos arropa.
Creo que es más que necesario que se declare un estado de emergencia por parte de la gobernadora Wanda Vázquez Garced. Aún sin ser declarado, es una verdadera emergencia la que miles de mujeres y sus familias están experimentando. Quizás se acentúa más por el asunto de estar atrapados en sus casas a causa del distanciamiento y todo lo que eso ha implicado. La salud emocional de estas víctimas esta al tope y se desborda . No podemos esperar un día más, no queremos más víctimas, no queremos más luto y dolor a causa de la violencia.
Me sorprende de sobremanera cómo la Gobernadora, habiendo ocupado el cargo de Procuradora de la Mujer no haya – a esta fecha – mostrado mayor empatía y decretado el estado de emergencia y , a su vez, activado todos aquellos componentes del estado y de la sociedad civil para combatir un mal social que esta en nuestras narices.
Repudio la violencia, la intolerancia, la desigualdad, la mofa y la falta de sensibilidad. Todos tenemos derecho a vivir en paz y armonía en una sociedad donde se promulgue el respeto a la diversidad y la aceptación , incluso de aquello que nos parezca diferente- . Es completamente legítimo aspirar a un Puerto Rico de igualdad en derechos y oportunidades. Como país debemos movernos hacia eso; menos no es aceptable.
Asimismo, no debemos usar el tema de la violencia de género para adelanto de campañas políticas o para pautarse en los medios o redes sociales . Se trata de vidas, de familias, de seres humanos que merecen un verdadero abrazo solidario y un apoyo real que los ayude a salir del laberinto del maltrato. Debe haber sinceridad en los reclamos.
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Es trabajo de todos: cada cuál debe aportar un granito de arena hasta construir el castillo de la tolerancia. Se habla de educar en las escuelas, concurro, pero en el seno del hogar también debe haber ese compromiso de educar y fortalecer el tema. La casa es la escuela doméstica y hoy día tiene mayor pertinencia así a todos nos toca educar . Tiene que haber una profunda reflexión individual y colectiva sobre estos temas que antes eran tabú pero hoy hay que priorizarlos.
Inclusive vemos, bochornosamente, como aspirantes a gobernar no “tocan ni con un palo el tema” demostrando ignorancia, insensibilidad e incapacidad para ser justos y fomentar el respeto. Esos están todavía en en la época de las cavernas, nunca debieron salir de su cueva.
Aún, a estas alturas, vemos como en programas de “entretenimiento” hay personajes con manerismos, que se visten de mujer o simplemente son homosexuales. Eso demuestra que aún persisten los prejuicios. Esos mismos programas se ponen camisetas, lazos y accesorios alusivos reclamando alto a la violencia pero en su programación fomentan la mofa, eso es la doble moral que debe erradicarse ya . Deben usar mejor el poder que otorga el medio para educar y concienciar, de lo contrario son parte del problema.
Ya tocamos fondo como país en un tema tan serio como la violencia de género y nos corresponde ahora, en honor a las víctimas y sus familias, hacer un esfuerzo colectivo para trabajar con seriedad el asunto. Nos ocupa educar efectivamente para cortar esa cadena de violencias que nos ha estado estrangulando ¡Basta ya de violencia y agresividad, merecemos paz!
Nota del editor: El autor es candidato a representante por acumulación por el Partido Nuevo Progresista. Es parte del grupo original de columnistas de ¡¿Politiqué?!, la sección de de debate político en El Calce.