Durante el transcurso del 14 al 16 de junio, cientos de personas de ocho países del Caribe se reunieron en una iniciativa llamada Yo Amo el Caribe, creando un llamado unificado para una acción climática urgente.
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Organizados por la Red Caribeña por el Clima en colaboración con organizaciones asociadas en toda la región, estos eventos tenían como objetivo resaltar las cosas y lugares amados por los caribeños, amplificar las voces de aquellos directamente afectados por el cambio climático y abogar por medidas inmediatas para proteger el futuro de nuestra región.
“Los arrecifes son nuestra primera barrera natural ante fuertes oleajes como los que causan los huracanes, por eso queremos resaltar lo hermosos y valiosos que son mientras pedimos medidas urgentes que protejan a los corales y a nuestras comunidades ante los efectos de la crisis climática”, dijo Amira Odeh, portavoz de la Red Caribeña por el Clima.
Las naciones caribeñas enfrentan actualmente olas de calor en el norte y centro de la región, intensas lluvias en el sur y crisis de agua en varias islas. Con esta preocupación en mente, los participantes realizaron eventos para pedir a los gobiernos que tomen medidas que protejan a las comunidades de impactos futuros. En Jamaica, los participantes se reunieron para subrayar el papel fundamental de la producción local de café y su vulnerabilidad a los estragos del cambio climático. En República Dominicana, decenas se unieron para hablar sobre la protección de las costas ante la crisis climática. Movilizaciones similares tuvieron lugar en Haití, Granada, Trinidad y Tobago, Guyana y Surinam, cada una adaptada a los desafíos ambientales y contextos culturales únicos de sus respectivas naciones.
En Puerto Rico, los participantes se reunieron en la playa Peña Blanca en Aguadilla para abogar por políticas climáticas que protejan los arrecifes y los frutos locales.
Luego de una snorkleada en la misma playa, apoyada por la líder Suzette Quiros y el grupo Salvemos a Playuela, la microbióloga ambiental Lizbeth Dávila Santiago dirigió un conversatorio sobre el valor nutricional de los frutos locales. La científica destacó cómo el calor y las sequías afectan el nivel de nutrientes que llevan nuestros frutos, creando una relación entre la crisis climática y nuestra salud.
Los más de 16 eventos llevados a cabo en todo el Caribe, resaltaron la interconexión de la preservación ambiental, el patrimonio cultural y la justicia social. La Red Caribeña por el Clima, un equipo dentro de 350.org, sigue comprometida a fomentar movimientos de base e impulsar el cambio sistémico hacia un mundo climáticamente seguro. En cooperación con diversidad de grupos, se trabaja para amplificar las voces de las comunidades en mayor riesgo, abogar por soluciones climáticas equitativas y trabajar por un futuro sostenible para todos.
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