Hoy, viernes, 17 de mayo, es el último día en que la escuela Carvin School, Inc. estará abierta, y como egresada hay una parte de mí que se entristece.
PUBLICIDAD
Estudié en Carvin, localizada en Carolina (el calentón), toda mi vida desde kínder hasta cuarto año de escuela superior. Del mismo modo, tengo muchos familiares y conocidos en las comunicaciones que también pasaron por los pasillos de la escuela.
La administración del colegio citó “desafíos económicos y educativos derivados de circunstancias ajenas a nuestro control, tales como la pandemia, fenómenos naturales, procesos migratorios y los aumentos en los costos económicos” como sus razones para cerrar la institución.
Sin embargo, desde que yo estaba en la escuela se veía una decadencia en la matrícula, maestros, y cuidado de los edificios.
No obstante, los maestros que se entregaron a la institución se mantenían fiel por el bien del estudiantado, y gracias a muchos de ellos logré cumplir mis metas.
Carvin fue fundada en 1970 por Vincent y Carmen Philp, pero luego de la muerte del señor Philp, en el 2015, la institución no fue la misma.
La noticia inicial del cierre de la escuela fue anunciada el pasado 24 de enero, indicando que este semestre enero-mayo 2024 cerría el último.
PUBLICIDAD
“No deseamos despedirnos sin expresar nuestro sincero agradecimiento por la confianza que han depositado en Carvin School, Inc. durante sus 53 años de existencia, contribuyendo al desarrollo de diversos profesionales, aportando al conocimiento y mejoramiento de Puerto Rico”, se concluyó en una comunicación oficial.
Asimismo, expresaron que estaban en espera de fondos para mantener la escuela abierta, pero no anunciaron si lograron recibir los mismos.
Carvin se unió a otros colegios que anunciaron su cierre como la Academia Nuestra Señora de la Providencia, El Colegio La Merced, y Colegio Espíritu Santo en Hato Rey.
Es una lástima cuando una escuela cierra, pero estoy segura que todos los egresados de Carvin siempre la recordarán con gran aprecio. Agradezco las experiencias que Carvin me brindó y las personas que conocí.