Sube el telón: Aparece una mujer agarrando de un brazo -forzadamente- a un hombre que tiene a su lado.

Baja el telón: Exige casarse con “canito”, a quien sigue abrazando a la fuerza.

Sube el telón: Entre risas burlonas toca -sin consentimiento- el “piwi” del hombre.

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¿Cómo se llama la obra? ¿Por qué es motivo de risas?

Comentarios de risas, emojis de risas y más risas aparecen entre las reacciones de los cibernautas. Pero, ¿qué hubiese pasado si la historia fuese al revés? ¿Si el hombre hubiera tocado a la mujer?

Lamentablemente, historias de este tipo se repiten cotidianamente. Empero, culturalmente parecemos aceptarlo sin problema. Bueno, siempre y cuando sea el hombre el que reciba el toqueteo.

El acoso sexual no es exclusivamente una manifestación contra la mujer. Y claro, las bromas no deberían formar parte de los temas relacionados a las conductas sexuales inapropiadas. Esto hay que tratarlo como lo que es.