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Métele a estos ejercicios para aliviar el dolor en la espalda

Espondilitis Anquilosante

Hacer ejercicios tiene muchos beneficios y no, no solo debes estar fit pa’ tirarte las fotos para Instagram y modelar en el espejo sucio del gym. Ante ese fuerte dolor de espalda que después se puede convertir en un diagnóstico de espondilitis anquilosante, ejercitarte hará una gran diferencia entre poder seguir moviéndote y si no haces nada hasta podrías paralizarte.

Pérate un momento…¿Qué rayos es espondilitis anquilosante? Relájate que por más feo que suene no te quedan días de vida.

Ese nombre tan raro responde a una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente la columna vertebral, comenzando por su parte baja, pero que sigue subiendo y subiendo por sus vértebras, hasta que la inmovilice. De ahí que la inflamación de las vértebras cause un dolor insoportable, especialmente a la hora de dormir que el dichoso dolor de espalda no se va.

La enfermedad se complica porque quien la padece pierde la movilidad primero en la zona lumbar, luego en toda la espalda y, más tarde, en otras áreas del cuerpo.

“El reto principal en los pacientes es ese dolor y rigidez que puedan tener”, explicó la fisióloga del ejercicio y nutricionista Wanda González. Para aliviar dos de las consecuencias de la condición – dolor y rigidez – es importante realizar ejercicios de estiramiento, postura y flexibilidad, además de los tratamientos médicos recomendados para atender la espondilitis anquilosante, dijo González.

Y no, amigos, esto no es cosa de “viejos”. Esta condición suele manifestarse principalmente en hombres jóvenes entre los 20 y 30 años. De cuán avanzada esté la condición al momento del diagnóstico, dependerá del tipo de ejercicio que pueda tolerar el paciente.

Pero amigos, vengan acá, no le pueden estar pichando al ejercicio, porque si los dejas de hacer, vas a echar pa’ tras con los resultados que obtengas. “Si se ejercita una semana y pasan dos o tres semanas sin hacer algo, esos beneficios que logró, los pierde. Aunque sea de a poquito, es importante que los realice varias veces a la semana”, señaló la especialista.

Por esta razón la experta recomienda los siguientes ejercicios pa’ que tengas esa espalda nueva y no andes como si tuvieras una varilla en la columna vertebral.

Estos ejercicios te ayudarán a mantener coordinación y balance, reducir riesgos de caídas, mantener movilidad articular, aumentar la resistencia muscular y capacidad cardiovascular:

¡Métele y no flaquees!

Ejercicios de movilidad articular: rotación de hombros tobillos y torso. Cada uno debe mantenerse por, al menos, cinco segundos y volver a repetirlos.

Ejercicios aeróbicos: caminar, correr bicicleta estacionaria o en la calle, cuidando la postura o usando equipo adaptado que proteja la espalda.

Ejercicios acuáticos: muy recomendados para este tipo de pacientes porque trabajan fuerza, cardiovascular, flexibilidad y balance sin un impacto directo a las articulaciones. Los ejercicios en el agua pueden disminuir inflamaciones y dolor.

Otros ejercicios: yoga adaptado en silla o “mat”, Pilates, taichí. Ejercicios de fuerza y resistencia que fortalezcan el área del tronco, se pueden trabajar en silla. La condición afecta mucho el área del tronco y la columna, por eso es importante fortalecerla.

“La realidad es que lo que se busca es el movimiento”, comentó González.

Pacientes jóvenes que practiquen deportes pueden continuar haciéndolos con supervisión y evitando impactos fuertes en las zonas afectadas. “Hay que controlar los deportes de alto impacto o que puedan representar riesgo de fractura”, añadió. Cuando son casos avanzados de espondilitis anquilosante, se recomienda ejercicios de rehabilitación. Y consulta siempre con tu reumatólogo.

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